BRUSELAS. Una nueva investigación de la fundación que gestiona la casa museo dedicada a Ana Frank sugiere que la familia de la joven pudo no haber sido traicionada, cuando su escondite se encontró en agosto de 1944, sino que el lugar se encontró por accidente, informa hoy el sitio web de DutchNews.

 

La nueva investigación analiza por qué el lugar donde se encontraba la familia Frank fue registrado y estima que los agentes que lo realizaron podían estar persiguiendo en realidad delitos de empleo ilegal y de fraude en el reparto de los cupones de las cartillas de racionamiento.

 

El investigador Gertjan Broek examinó para llegar a estas conclusiones fuentes ya conocidas y otros datos nuevos.

 

Hasta ahora siempre se asumió que los nazis llegaron al edificio donde se escondía la joven judía buscando a otros que pudieran estar escondidos, y que el registro fue consecuencia de una traición.

 

La fundación considera, sin embargo, que incluso si fuera un caso ordinario de traición en tiempos de guerra, la historia contiene muchas incoherencias y defiende que algo más ocurría en la dirección donde se escondían Ana Frank y su familia.

 

El estudio menciona que tres de los oficiales nazis implicados en el registro no eran conscientes de estar buscando judíos, y que pasaron dos horas entre la llegada y la salida de las autoridades, un tiempo mayor del necesario para las operaciones destinadas a atrapar a judíos denunciados.

 

Además, dice que uno de los policías que participó en el arresto, Gezinus Gringhuis, operaba en un departamento de investigación de delitos económicos.

 

La fundación confía ahora en que otros investigadores tengan en cuenta estas conclusiones y ahonden en la nueva teoría.

 

No obstante, señaló que tampoco descarta la posibilidad de que el registro fuera fruto de una traición.

 

Precisamente una investigación dada a conocer en 2015 apuntaba que la hermana de una amiga cercana pudo ser quien reveló el escondite de la joven judía, aunque el museo dedicado a Ana Frank consideró entonces que esa revelación era una “teoría débil”.

 

Los datos surgieron de la biografía publicada en abril de ese año sobre Elisabeth “Bep” Voskuijl (1919-1983), una de las personas que ayudó a la familia Frank a esconderse, y con ellos se sugiere que fue su hermana Nelly, presunta colaboradora de los nazis, quien informó a los ocupantes alemanes de su paradero.

 

Elisabeth Voskuijl, que aparece en el Diario de Ana Frank bajo el seudónimo de Elli Vossen, fue una de las ciudadanas holandesas que ayudaron a ocultar a la familia Frank durante la ocupación nazi de los Países Bajos.

 

Ana y su hermana Margot murieron en el campo de concentración de Bergen-Belsen en 1944, a los 15 y 19 años respectivamente, pero se desconoce la fecha exacta. JMS