BERLÍN. El liderazgo de Angela Merkel al frente de la Unión Demócratacristiana (CDU) está siendo fuertemente cuestionado por sus socios bávaros tras confirmarse la derrota del partido en las elecciones regionales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

 

Los tambores de guerra que resuenan en la coalición de gobierno, integrada por la CDU, la CSU (Unión Social Cristiana de Bavaria) y el SPD (Partido Socialdemócrata) se deben a que ya se perfilan en el horizonte las elecciones generales del próximo año en septiembre.

 

El presidente del SPD se propone lograr ser designado como el candidato de su partido a la Cancillería Federal y poner a éste en la posición de socio principal del nuevo gobierno, lo que no sucede en la actual constelación.

 

El presidente de la Unión Social Cristiana de Bavaria y ministro presidente de ese estado, Horst Seehofer, lanzó severas críticas contra Merkel e informó que va a presentarle una gama de demandas para que ésta cambie el rumbo de su política respecto a los refugiados.

 

Seehofer acusó a la canciller federal de no haberle hecho caso de poner un límite a la llegada de refugiados y dijo que las elecciones del domingo habían dejado a la CDU en una situación “desastrosa”.

 

La amenaza soterrada de Seehofer es la posibilidad de quitarle su apoyo a la CDU durante las elecciones generales en Alemania del próximo año.

 

Merkel declaró después de las elecciones del domingo que mantendrá el curso de su política sobre los refugiados. Reconoció su corresponsabilidad en los desfavorables resultados electorales del domingo para su partido.

 

El presidente del Partido Socialdemócrata y Ministro de Economía, Sigmar Gabriel, acusó por su parte a Merkel de haber retardado reformas y de haber perdido mucho tiempo en superar las dificultades a causa del numeroso flujo de los refugiados.