El Senado brasileño escuchó por última vez los argumentos de la defensa y la acusación en el juicio político contra la presidente Dilma Rousseff y ahora se apresta a dictar la sentencia definitiva, prevista para hoy por la mañana.

 

Según el diario Folha de Sao Paulo, entre los senadores que hablaron con la prensa y ya anticiparon cómo votarán en el impeachment se contabilizaron 54 votos a favor de la destitución de Rousseff, 20 en contra y 7 indecisos.

 

En sus últimas intervenciones, la parte acusadora y la defensa no aportaron nada nuevo, reiteraron alegatos esgrimidos a lo largo del proceso y tampoco parecieron convencer a unos senadores que, en su mayoría, dicen tener ya una opinión formada y, según sondeos que ha publicado la prensa local, decididamente favorable a la destitución.

 

Ayer tomó la palabra primero la abogada de la acusación, Janaina Paschoal, quien consideró “probados” todos los cargos contra la mandataria y exigió al Senado su destitución.

 

“El fraude está comprobado” y “los senadores no pueden votar al margen de esa realidad”, declaró Paschoal, quien dijo apoyarse en declaraciones de los testigos escuchados, las “voluminosas pruebas” presentadas por la acusación y los propios balances del Estado, en los que sostuvo que se reflejan “todas” las irregularidades.

 

La presidente Rousseff, suspendida de sus funciones desde que se instauró el proceso, el pasado 12 de mayo, responde por la emisión de tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y atrasos en depósitos en la banca pública que generaron costosos intereses y se configuraron como créditos, según la acusación.

 

El abogado defensor, José Eduardo Cardozo, insistió sin embargo en que se habrá “consumado un golpe” si Rousseff es condenada y culpó de esa “conspiración” a “una élite política y económica”.

 

En un encendido discurso, Cardozo sostuvo que las acusaciones “son tan técnicas, tan sofisticadas y tan confusas que la enorme mayoría de los brasileños no entiende de qué la acusan”.

 

Cardozo sostuvo que los “derrotados de 2014 se confabularon” con los sectores económicos y entonces “decidieron destituir” a “una mujer incómoda” construyendo “la tesis de una irregularidades que no son, que no existen y que no han sido probadas”.

 

El abogado concluyó con emoción su alegato y dijo: “Pido a Dios que si ella es condenada, un día un ministro de Justicia le pida disculpas. A ella, si estuviera viva, o a sus nietos, si ya hubiera fallecido. Pero que sea, para que la Historia honre a esta mujer”. Palabras similares expresó después ante los periodistas, a los que reiteró, pero sollozando, que “la Historia deberá pedir perdón”.

 

Tras las últimas exposiciones de la defensa y la acusación, les tocó el turno a los 81 senadores, que podrán tomar la palabra durante diez minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá por lo menos catorce horas.