Gracias a la ayuda de una impresora 3D, un grupo de científicos pudo crear una réplica de tamaño real de Otzi, el hombre de las nieves, una momia de 5 mil 300 años de antigüedad que fue descubierta en los Alpes en 1991, la cual destaca por su notable grado de conservación.

 

A través de un comunicado el Museo Arqueológico de Bolzano, en Italia detalló que el cuerpo artificial, el cual  fue presentado este día, destaca por ser fielmente reconstruida a base de resinas por una impresora 3D, que utilizó técnicas de tomografía.

 

“La reconstrucción de las manos, que no habían sido capturadas por el escáner fue un verdadero desafío”, señaló el museo que alberga tanto a la momia original como a sus réplicas.

 

Una de tres las copias será parte de una muestra itinerante, la cual iniciará su exhibición en el Museo de Ciencias Naturales de Raleigh, en Estados Unidos.

 

Las otras dos servirán para la enseñanza en el laboratorio genético de Cold Spring Harbor DNA Learning Center (DNALC), en Nueva York.

Otzi,  descubierta en 1991 por dos alpinistas en un glaciar entre Austria e Italia a 3, 210 metros de altura, fue una sensación arqueológica. Incluso su estudio continúa siendo una fuente de descubrimientos.

 

Un análisis reciente de las bacterias presentes en su estómago planteó una de las grandes olas migratorias de Oriente Medio hacia Europa fue más reciente de lo que se creía.

 

La secuenciación completa de su genoma lograda en 2012 permitió determinar que tenía los ojos marrones, el pelo negro y que descendía de poblaciones llegadas a Europa, con ancestros en Cerdeña y el Cáucaso.

 

Los científicos creen que Otzi tenía entre 40 y 50 años en el momento de su muerte, un episodio violento a juzgar por los fragmentos de flechas encontrados en su dorso, que le habrían perforado también una arteria.

 

La momia también mostró aspectos sobre la cultura de su época, ya que con ella se encontraron un hacha y un bolso, y su cuerpo tenía 61 tatuajes.