El primer ministro francés Manuel Valls declaró que apoya la prohibición sobre vestir el velo musulmán en las universidades, desatando críticas de miembros de su gobierno, entre ellos la ministra de Educación Najat Vallaud-Belkacem y el viceministro de educación superior, Thierry Mandon.

 

El laicismo se enfrenta al ascenso del islám radical, pero también al espacio que ocupa en islám en nuestras sociedades. Creo en mi país, en su mensaje y en sus valores universales”, asegura el jefe del gobierno en una entrevista que publica el diario Libération.

 

Valls afirma trabajar para “demostrar que el islám, gran religión del mundo y segunda de Francia, es fundamentalmente compatible (…) con la democracia, sus valores, la igualdad entre hombres y mujeres”.

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El primer ministro reconoce que “una mayoría” sus compatriotas “dudan” de ello pero se muestra “convencido de que es posible”.

 

También hay que protegerlos, dice, “de la ideología salafista”, que hace unos días en un debate consideró que estaba ganando la batalla cultural en el seno del islám, aunque apenas representan el 1% de los que viven en el país.

 

Hay que ayudar a los musulmanes de Francia a ganar esta batalla cultural, a tener esa fuerza colectiva contra esa ideología islamista que quiere gobernar la vida social y política”, afirma.

 

El jefe del Gobierno considera que el velo islámico “político, reivindicado como tal, escondiendo a la mujer, persigue negarla”.

 

¿Cómo ignorar que las mujeres sufren en los barrios populares una presión cultural hecha de sexismo y de machismo?“, se pregunta.

 

El velo y la pañoleta musulmanes están prohibidos en las escuelas y en los edificios de Francia, a fin de proteger las tradiciones laicas del país.