El último filme animado que Walt Disney produjo en vida fue El Libro de la Selva, el clásico de 1967 que está basado en la obra de Rudyard Kipling y que en México se convirtió en una sensación gracias al extraordinario trabajo de doblaje de personalidades como Germán Tin Tan Valdés, Luis Manuel Pelayo, Flavio y Alfonso Arau.

 

Ahora, siguiendo la actual línea de Disney de “hacer vivir” a varios de sus filmes animados con películas de acción viva, llega este fin de semana a la cartelera la nueva versión de dicha historia, que en su versión en inglés cuenta con las voces de Ben Kingsley, Bill Murray, Scarlett Johansson, Christopher Walken e Idris Elba, mientras que en la de español su elenco no es menos impresionante, con Héctor Bonilla, Enrique Rocha, Víctor Trujillo, Susana Zabaleta y Regina Orozco.

 

La cinta es dirigida por Jon Favreau, quien ha dirigido éxitos de taquilla como Elf, Zathura y las dos primeras entregas de Iron Man. En entrevista, el cineasta comenta qué fue lo que lo convenció para hacerse cargo de esta gran producción, que llega precedida de la aclamación casi unánime de la crítica.

 

Cuando pienso en el legado de Disney, me identifico con el sueño original de Walt. Su obra ha influenciado mi trabajo. Él era considerado como un creador de alta tecnología para su época. Fue la primera persona que unió banda de sonido con película, y los personajes lucen perfectamente coreografiados para la música incidental, algo que impactaba enormemente a la gente. Disney estaba a la vanguardia en tecnología”, señala el también actor.

 

Favreau aclara que, a pesar de ser una versión moderna de la historia, siempre trató de mantener el espíritu de la cinta original.

 

“Incorporamos todas las cualidades míticas de Kipling en los aspectos tonales más intensos de la película”, dice su director, Jon Favreau. “Pero dejamos espacio para lo que recordábamos del film de 1967, e intentamos mantener esos encantadores aspectos de Disney”.

 

El verdadero protagonista

 

Según Favreau, la historia es la protagonista central. “El espectáculo no significa nada si no estamos emocionalmente involucrados con los personajes. Cada historia necesita compasión, emoción y desarrollo de personajes, así como humor; todo ello presentado de una manera que no traicione las expectativas del film. Hay momentos aterradores en la película, en los que uno se pregunta: ‘¿Qué ocurrirá con este niño?’”, expresó.

 

“El vínculo entre Mowgli y Baloo creó una fuerte impresión en mí cuando era niño. Me recordó a mi propia relación con mi abuelo, quien fue una parte importante de mi vida. Me gusta mucho que Mowgli sea travieso, que siempre esté metiéndose en problemas. Él no es un chico común de buen comportamiento y tampoco se siente intimidado por los animales grandes y salvajes”, agregó.

 

Finalmente, el cineasta comentó que esta nueva versión es ideal para ver con toda la familia, pues es apta no sólo para los más pequeños, sino para todas las edades.

 

“Como padre, agradezco cuando hay una película que es apropiada para mis hijos, pero que no les habla como niñitos. Los chicos pueden disfrutar de narrativas sofisticadas. El sueño de Walt fue siempre reunir a las familias, pero no necesariamente en la forma más predecible u obvia”, concluyó.