Piensa publicar un libro y titularlo así.

 

Mejor dicho, ya lo escribe.

 

Ángel Heladio Aguirre Rivero, gobernador de Guerrero a quien le explotó la matanza de normalistas en el municipio perredista de Iguala y le costó el cargo, planea de esa forma su reaparición.

 

En el texto, para el cual lo auxilia un periodista avezado, presentará su larga versión desde la creación de cárteles, su lucha por el control regional y sobre todo cómo se corrompió toda la estructura de poderes locales.

 

Abundará sobre un dato:

 

-Yo informé al gobierno federal sobre la situación previa. Les informé de los nexos del alcalde José Luis Abarca y su gente con el cártel Guerreros Unidos, pero no se hizo nada.

 

El hecho no es confirmado en la Secretaría de Gobernación (Segob) de Miguel Angel Osorio Chong, pero sería interesante saber con quién lo habló Aguirre Rivero.

 

La investigación a Abarca y su esposa María de los Angeles Pineda pudieron evitarle una vergüenza internacional a México y el desprestigio al gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

No fue así y el país paga las consecuencias, pues hoy todas las versiones coinciden: la policía de Abarca detuvo a los normalistas de Ayotizinapa y los entregó al cártel patrón del alcalde de Iguala.

 

Enterraron cadáveres en otros estados

 

Otra verdad de Ángel Heladio Aguirre Rivero empatan con el reciente informe de expertos.

 

Con algunas luces adicionales.

 

Acaso con informes de la Procuraduría estatal, el ex gobernador plantea la siguiente tesis:

 

-Las declaraciones de los detenidos coinciden en que los estudiantes fueron entregados a Guerreros Unidos, cuyos capos dieron la orden de confesarlos, ejecutarlos e incinerarlos para desaparecer evidencias.

 

Pero, estima Aguirre Rivero en un borrador redactado hace más de un mes, “no necesariamente todos fueron quemados en el basurero de Cocula. Pudieron ser unos cuantos y los demás asesinados y enterrados en campo virgen”.

 

Más claro:

 

-Tal vez sus restos no estén en Guerrero, sino otros lugares cercanos como Morelos o el sur del Estado de México… Llevará tiempo dar con ellos y desentrañar toda la verdad.

 

Aguirre Rivero rechaza haber tardado en pedir el apoyo de la federación para buscar a los jóvenes.

 

-Pedí la atracción de la Procuraduría General de la República (PGR) en cuanto tuve conocimiento. Desde un principio sabíamos que se trataba de un hecho de delincuencia organizada y de su competencia.

 

En este punto marca otra coincidencia con la PGR:

 

El centro de Guerrero está dominado por el cártel de Los Rojos y sus rivales de Iguala, Guerreros Unidos, esperaban un ataque.

 

Una línea de investigación habla de presencia de integrantes de Los Rojos a bordo de los camiones y otros de posible confusión de Guerreros Unidos sobre la identidad de los normalistas.

 

Si se decide, la versión de Ángel Heladio Aguirre Rivero pronto estará en imprenta y vendrá en primera persona.

 

Lord Ferrari, CDHDF y libertad de prensa

 

1.- Otra vez se pone a los medios de comunicación en entredicho.

 

Alberto Sentíes Palacio, el patrón del escolta golpeador de un ciudadano común y luego aparecido muerto en un hotel mexiquense, acudió a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) en busca de apoyo.

 

Pide al organismo de Perla Gómez Gallardo quitarle su enorme desprestigio acumulado y, ojo, ordene el retiro de información incómoda en medios de comunicación y en redes sociales.

 

Mientras tanto, ¿la CDHDF o alguna autoridad ha entrado en defensa del ciudadano golpeado criminalmente?

 

Y 2.- en el movimiento obrero hay inquietud.

 

Las centrales no saben a dónde van a los millonarios subsidios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al Centro de Estudios del antes poderoso Congreso del Trabajo (CT).

 

Lo dirige Benjamín Ruiz Rodríguez y cuando le piden cuentas espanta con un petate de muerto:

 

-A mí nadie me puede hacer nada –señala en referencia a la dependencia de Aurelio Nuño– y agrega-. Cuento con el apoyo total de Angel Aceves del Olmo, mi amigo personal.