VIENA. En una conferencia convocada en Viena, Austria dirigió un mensaje a Grecia y a la Unión Europea: Si Gracia no protege las fronteras exteriores de Schengen y sigue dejando entra a refugiados sin una solución a la vista, Austria tomará sus propias medidas a nivel nacional, aclaró el ministro de Exteriores austríaco Sebastian Kurz. En la conferencia participaron ministros de Interior y Exterior de Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Bulgaria, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia. “Invitamos a todos los países de la ruta de los Balcanes afectados por nuestra decisión”, explicó Kurz.

 

La ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, destacó ante la prensa que “no se puede seguir como el año pasado”, cuando cientos de miles de refugiados e inmigrantes pasaron por la llamada ruta balcánica para llegar a Austria, Alemania y otros países como Suecia.

 

En una declaración conjunta, los diez Estados que se dieron cita en Viena destacan la necesidad de una “gestión eficaz de la migración”, lo que exige “más coordinación y cooperación, siempre en cumplimiento del derecho internacional y europeo”.

 

Por otra parte, resaltan que el “derecho al asilo no contiene el derecho de elegir el país”, al tiempo que “se deben evitar cargas excesivas a algunos socios”.

 

De hecho, el gran ausente de la reunión de Viena fue Grecia, primer país de entrada para los refugiados en la UE, donde suelen llegar a través del mar Egeo desde Turquía.

 

El gobierno austríaco se alejó hace unas semanas de la posición compartida con Alemania de mantener las puertas abiertas a los refugiados al establecer un límite máximo de acogidas, con 37 mil 500 solicitudes de asilo este año.

 

El año pasado, Austria recibió a 90 mil refugiados y en lo que va de año ya son más de 10 mil personas.

 

Así, la república alpina es, junto con Alemania y Suecia, el país que más inmigrantes ha recibido hasta ahora.

 

Estos límites han obligado, en un efecto dominó, al resto de los Estados de la ruta de los Balcanes a restringir también la llegada de refugiados por el temor a que queden varados en su territorio.

 

En tanto, el primer ministro de Hungría, el conservador Viktor Orbán, anunció que su Gobierno organizará un referéndum sobre el plan europeo de cuotas obligatorias para distribuir a los refugiados entre los países comunitarios.

 

“¿Quiere que la Unión Europea disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría) sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría?”, será la pregunta en esa consulta en la que el Ejecutivo espera que gane el “no”.

 

“El que vote con un no, votará por la independencia de Hungría”, aseguró en rueda de prensa Orbán, que se ha opuesto desde el inicio al sistema de cuotas obligatorias para reubicar a los refugiados.

 

Por su parte, Bélgica comenzó a aplicar devoluciones inmediatas a Francia de inmigrantes irregulares que no desean pedir asilo en el país, tras introducir controles fronterizos en el noroeste ante la posibilidad de que se desmantele el campamento conocido como la “jungla” de Calais.