Pues vaya “choro” que sobre la pobreza en México les tiró el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, a los senadores del tricolor, quienes se quedaron perplejos cuando trató de convencerlos de que la miseria en el país es casi un mito genial.

 

Meade empezó diciendo que la pobreza es más difícil de definir y de entender de lo que uno pensaría. ¡No pus sí!, exclamaron algunos. La pobreza tiene varios rostros, dimensiones, realidades y muchas métricas, lo cual a la hora de hablar del tema genera confusión, agregó. Y aclaró: Es falso que la miseria en el país sigue creciendo, por el contrario, medida conforme a estándares internacionales, la pobreza extrema en México se ha reducido, y mucho, aclaró.

 

Y tiró su rollo: Hasta hace cuatro o cinco meses, la línea de pobreza en el mundo se ubicaba en un dólar 25, después pasó a un dólar 90, que es relevante porque cuando la Organización de las Naciones Unidas habla de erradicar la pobreza extrema, está pensando en esta última cantidad, y si queremos compararnos con todos los fregados del mundo, también pensamos en ese dólar 90, que surge de promediar las líneas de pobreza de los 15 países más pobres del mundo.

 

Medida conforme a esos parámetros, del 2000 al 2015 la pobreza extrema cayó casi a la mitad, ubicándonos más o menos a la mitad del promedio latinoamericano. Por lo tanto, cuando se dice que en México hay más pobreza que en Latinoamérica, es falso; cuando se afirma que en Latinoamérica ha caído la pobreza y en México no ha caído, también es falso. Medido con la misma métrica, México tiene la mitad de la pobreza extrema que tenía en el 2000 y tiene también la mitad de la pobreza extrema que registra Latinoamérica, eso es cierto, y se puede acreditar.

 

¡Qué bárbaro, “magazo”!, mascullaron algunos senadores.

 

Pero si bien es cierto que la pobreza extrema ha disminuido, no a la velocidad que quisiéramos, también es verdad que el número de “pobres moderados” del 2012 al 2014, creció, reconoció Meade. Nadie sabe por qué, pero ocurrió.

 

También es cierto que tenemos un México en donde es más pleno el acceso al ejercicio de los derechos (educación, salud, vivienda y alimentación), aunque no todavía en números suficientes; 16 millones de personas  del 2008 al 2014 están ejerciendo mejor sus derechos; es un avance importante tomando en cuenta que fueron sólo seis años.

 

Esta es la foto que tenemos hasta el día de hoy, es una foto con claroscuros, concluyó el secretario Meade.

 

Antes de su explicación sobre la métrica para medir la pobreza en sus distintas dimensiones, el senador Emilio Gamboa dijo: He dicho y reitero que los problemas del país son dos, el combate a la pobreza y la desigualdad. Y advirtió: el país no puede seguir teniendo esa desigualdad tan grande. Algo no ha funcionado en la política social de los últimos años, y no son los 12 anteriores sino muchos años atrás, por lo que tenemos que darle una renovación a la política social, sugirió. ¿O sea?

 

Y hablando de pobreza y de miseria, la Secretaría de Desarrollo Social anunció que en este año electoral tiene previsto que la Cruzada Nacional contra el Hambre atienda a más de 11 millones de personas en los comedores comunitarios, lo cual parece una misión imposible porque significaría más que duplicar en 12 meses el padrón de beneficiarios. Al finalizar el año pasado estaban afiliadas unas 4.5 millones de personas (después de dos años de operación), y ahora quieren 11 en un solo año.

 

¡Lo que es capaz de hacer la magia electoral!, dirán algunos.

 

Agenda previa

 

El martes pasado, el secretario de Hacienda refrendó el compromiso del gobierno federal de trabajar estrechamente con el sector empresarial para implementar acciones concretas que impulsen el crecimiento de la economía de nuestro país, e hizo hincapié en la importancia del diálogo para el desarrollo de propuestas fiscales, reiterando que el Consejo Coordinador Empresarial, ahora presidido por Juan Pablo Castañón, es el principal interlocutor del sector privado en la materia. ¡Qué mala onda, a mí no me dijeron cosas tan bonitas!, podría decir Gerardo Gutiérrez Candiani.