Temperaturas bajo cero y espectáculo se conjugan durante una semana en la ciudad japonesa de Sapporo, que celebra desde mañana su particular festival, con centenares de esculturas de hielo que en apenas unos días serán demolidas.

 

La catedral de San Pablo de Macao, el tren bala japonés o un teatro shakesperiano son algunas de las imponentes estatuas de hielo que se exponen en las calles de Sapporo, la capital de la Prefectura japonesa de Hokkaido en la que las nevadas alcanzan los seis metros.

 

Miles de toneladas de nieve, unos beneficios de más de 40,000 millones de yenes (alrededor de 318 millones de euros) para la ciudad y dos millones de turistas por edición han hecho del Festival el gran acontecimiento del largo invierno de Hokkaido.

 

 

El origen del Festival de la Nieve se remonta a 1950, cuando un grupo de estudiantes de Secundaria, hastiados del crudo invierno del norte de Japón, construyeron seis estatuas de hielo en una ciudad paralizada por las ingentes nevadas.