AMSTERDAM. Los ministros europeos de Interior apoyaron prolongar hasta un máximo de dos años los controles temporales internos en el espacio de libre circulación de Schengen y reforzar las fronteras exteriores cuando existan deficiencias persistentes en un país, pero sin invadir su soberanía nacional.

 

El ministro holandés de Inmigración, Klaas Dijkhof, cuyo país ocupa este semestre la presidencia de turno del Consejo de la UE, explicó que varios países, como Alemania y Austria, se han visto obligados a introducir controles temporales internos para hacer frente al flujo de personas llegadas a Europa, que superó el millón en 2015.

 

En la actualidad cinco Estados Schengen llevan a cabo controles puntuales en las fronteras interiores para identificar refugiados y solicitantes de asilo, de los que algunos son rechazados. Alemania solo está dejando entrar a personas que desean solicitar asilo en Alemania. Para quienes su destino sea Suecia o Dinamarca son devueltos. Así mismo están operando Austria y Eslovenia.

 

El Ejecutivo comunitario ya apuntó a finales de 2015 que esta posibilidad existía, a modo de advertencia a Grecia para que mejorase rápidamente el control de sus fronteras exteriores, pero hasta ahora insistía en que “todavía no estamos ahí”. Grecia es la puerta de entrada de la mayoría de refugiados y migrantes que llegan a Europa. La mayoría llega desde Turquía a Grecia y desde allí continúan su ruta por los Balcanes para alcanzar las naciones del norte de Europa.

 

La ministra de Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, defendió una posición mucho más radical cuando, al ser preguntada por la posibilidad de que se cree un “mini” Schengen en Centroeuropa, afirmó que “está claro que si no se logra asegurar la frontera turco-griega, las fronteras exteriores de Schengen se trasladarán en dirección” de esa región europea.

 

“Grecia tiene que hacer cuanto antes todo lo posible para reforzar sus recursos y aceptar asistencia y ayuda”, insistió.

 

Austria ya había apuntado antes de la reunión a la “salida temporal” de Grecia del espacio Schengen al acusarla de permitir durante mucho tiempo el movimiento de los migrantes por su territorio sin ningún tipo de control.

 

También el ministro alemán del área, Thomas de Maizière, dijo a la prensa que se presionará a Atenas para que “Grecia haga sus deberes”.

 

Desde el Ministero de Exteriores de Grecia, se criticó, sin embargo, la expresión “hacer los deberes”, señalando que no es nada fácil en vista del gran número de refugiados que llegan al país. El número dos del Ministerio, Nikos Xydakis, dijo en la noche del domingo que el país controla sus fronteras pero que no deja “que se hundan botes de refugiados y se ahoguen mujeres y niños”. La guardia costera rescató en los últimos meses a 104 mil personas..

 

Los Veintiocho dieron, por otro lado, su respaldo al paquete de medidas presentado por la CE para reforzar las fronteras exteriores de la Unión, que incluye la creación de un cuerpo europeo de policía costera y fronteriza, aunque añadieron matices importantes a la propuesta de Bruselas.