La falta de organización de las autoridades educativas, los operativos de seguridad en torno a las sedes y la presión por las manifestaciones de la disidencia afectaron la concentración y el rendimiento de los maestros que presentaron el examen de desempeño para la permanencia en el servicio educativo, informó en un reporte el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

 

Entre el 13 de noviembre y el 14 de diciembre, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las autoridades educativas estatales aplicaron la última fase de la evaluación de desempeño para la permanencia en el Servicio Profesional Docente, la cual consistió en la aplicación de un examen teórico que los profesores debían responder en ocho horas.

 

Las condiciones se agravaron en los estados dominados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Guerrero)  donde las manifestaciones, protestas, y operativos de seguridad para garantizar la aplicación de las pruebas sometieron a los maestros a una “presión excesiva” y tuvieron que presentarlo en “condiciones incómodas”, como tener que trasladarse a las sedes de aplicación desde la madrugada.

 

Señala que las protestas y agresiones, en ocasiones violentas de los disidentes, sometieron a los docentes que se estaban evaluando a una presión excesiva; además, recurrir a la fuerza pública para resguardarlos “construyó un clima poco propicio para responder las preguntas o construir las respuestas”.

 

Igual hubo “fallas técnicas”, como ocurrió en la entrega de las claves personales para ingresar al sistema.

 

Por ejemplo, como la información que proporcionaron los estados era imprecisa, esta debió verificarse varias veces, lo que retrasó las notificaciones a los profesores que iban a ser evaluados y no les dio no el tiempo necesario para integrar sus expedientes de enseñanza o elaborar su ensayo escrito sobre la práctica docente.

 

En su reporte al cierre de la última fase de la evaluación, el INEE reconoció la participación de poco más de 131 mil 500 profesores (86.2% de quienes fueron convocados).

 

A esa cifra de 131 mil profesores hay que sumarle otros 208 mil  docentes de educación básica y media superior que presentaron evaluaciones de ingreso y promoción.