PARÍS. Tras bambalinas se desarrollan intensas conversaciones entre los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero, Estados Unidos y China, según señalaron varios parlamentarios europeos. Los países en desarrollo, con las potencias económicas India y China a la cabeza, se aliaron por su parte en su exigencia de que las naciones ricas sean las que asuman el mayor peso del acuerdo climático.

 

A estos obstáculos se suman otros países que tradicionalmente se inclinan por un acuerdo de mínimos, como los de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), Malasia o Rusia. Mientras, la Unión Europea (UE) y 79 naciones de África, el Caribe y el Pacífico reclamaron un acuerdo ambicioso y vinculante, que también contenga una meta clara a largo plazo para la protección del clima.

 

Pero lo cierto es que la fuerza real negociadora del frente UE-ACP es limitada frente a la postura obstrucionista de India, el rechazo chino a cuestiones clave o la negación de Estados Unidos a aceptar un acuerdo vinculante.

 

Para este miércoles está previsto que se presente un nuevo borrador del texto. La presidencia francesa de la COP21 se propone tener así, hasta el jueves para alistar el borrador final del primer acuerdo mundial para limitar el calentamiento global causado por la emisión de gases de efecto invernadero, que debería suscribirse el viernes.

 

En el controvertido tema central de las ayudas financieras para países en desarrollo hubo avances en pequeños puntos, dijo Karsten Sach, negociador por Alemania. “Pero en las grandes cuestiones, por ejemplo quién paga, aún no hay claridad“, afirmó. Las naciones industrializadas reclaman que posteriormente por ejemplo también los ricos Estados petroleros provean fondos para la protección del clima y la adaptación al calentamiento global a las naciones más pobres.

 

Los ambientalistas temen que el acuerdo se quede corto en los puntos decisivos. Así, por ejemplo, como las metas presentadas hasta ahora por los países no son suficientes para limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados como se había planeado, muchos países quieren revisarlas e intensificarlas cada cinco años. Pero tampoco en esto se ha alcanzado consenso.