En caso de llevarse a cabo, la regulación de la mariguana para permitir su comercialización o despenalizar su consumo, debe llevarse a cabo después de una reflexión seria y un debate cuidadoso, pues cualquier error podría ser fatal e irreversible, señaló Alejandro Hope, investigador y especialista en el tema de las drogas que ha colaborado con las organizaciones México Evalúa y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

 

En entrevista señaló que es muy difícil conocer el valor del mercado de la mariguana en el país, pues no existen encuestas regulares y frecuentes para conocer los hábitos de consumo de sus usuarios y porque, al comercializarse a través del mercado “negro” o ilegal, no existen reglas para establecer los precios de la planta.

 

Precisamente la dificultad de tener un información verificable, certera y cuantificable sobre el tema, es una de las razones por las cuales el diseño de un marco regulatorio que funcione para el país será una tarea altamente compleja que no han podido resolver adecuadamente países como Uruguay o Estados Unidos, donde se han dado avances muy importantes en la despenalización del consumo de la mariguana.

 

“Es un gran problema, porque el marco regulatorio perseguiría cuando menos dos objetivos de política pública que resultan contradictorios: reducir al máximo el tamaño del mercado negro y contener lo más que se pueda el incremento del uso, sobretodo el problemático y el adolescente”, explicó.

 

Esto implicaría que se tiene que encontrar un nivel de precios que sea lo suficientemente bajo para desplazar el mercado negro y suficientemente alto para evitar una epidemia de consumo; el problema es que toda la información con que cuenta el país para hacer este tipo de cálculos, por ejemplo, se ha tomado de un mercado ilegal el cual cambiaría completamente al dejar de serlo.