LONDRES. Con deseos de complacer a los euroescépticos conservadores  que lo amenazan con la implosión partidaria , la inmigración más el control de fronteras como mayor preocupación el primer ministro británico, David Cameron, abrió formalmente la negociación de la relación con la UE al enviar al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la carta con sus planes de reformas de la Unión.

 

Cameron remitió la misiva al mismo tiempo que desveló en Londres los cuatro pilares que conforman sus propuestas de reformas, que incluyen asuntos como el mercado único, la inmigración de los comunitarios, la competitividad y la integración europea.

 

El gobierno británico considera esenciales estas ofertas para convocar, como prometió en la campaña para las elecciones generales del pasado mayo, el plebiscito antes de finales de 2017.

 

En un amplio discurso pronunciado en el Real Instituto de Relaciones Internacionales de Londres, el “premier” conservador reconoció el desafío que supone este proceso de negociación con los 27, pero que consideró alcanzable con “paciencia”, buena voluntad” e “imaginación política”.

 

Según Cameron, el Reino Unido y otros países que no forman parte de la moneda única deben tener garantizado el acceso al mercado único, Londres debe quedar eximido de una mayor integración europea, la UE debe poner énfasis en la competitividad y se debe restringir el acceso de los comunitarios a las ayudas estatales. Cameron pide que los ciudadanos de la UE que quieran residir en el Reino Unido estén obligados a trabajar y pagar impuestos durante un periodo de cuatro años antes de acceder a las ayudas estatales, lo que requerirá una modificación del tratado.

 

Se espera que la reforma inmigratoria reciba gran resistencia por parte de países como Polonia y otros de Europa del Este.