Ubicado dentro del perímetro B del Centro Histórico, el barrio de La Merced vive un proceso de despoblamiento causado principalmente por el auge del comercio, la reconversión de vivienda en bodegas y las rentas congeladas de inmuebles de 1942 y 1947, lo cual acentuó el deterioro de las casas.

 

Así lo menciona un análisis elaborado por el Programa de Estudios Universitarios sobre la Ciudad (PUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encargado por la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal (Sedeco) y del cual se desprende una propuesta de plan integral de rehabilitación de La Merced.

 

Según los datos del estudio, en 1990 había 97 mil 855 habitantes en dicha zona, ocupando 22 mil 951 viviendas, mientras que en 2010, cuando se realizó el último censo de población, se contabilizaron 77 mil 746 habitantes alojados en 21 mil 410 viviendas.

 

Esto significa que en lapso de dos décadas la población total de la zona se redujo en 20 mil 109 habitantes y se perdieron mil 541 viviendas, lo que representa una pérdida de casi 26% de la población residente en La Merced, que abarca el nodo de mercados y el área aledaña hasta la Cámara de Diputados y la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO).

 

La zona de estudio abarca 139 manzanas ubicadas tanto en el oriente de la delegación Cuauhtémoc como en la Venustiano Carranza, y el promedio de habitantes por vivienda es de 3.6, cifra similar al promedio general del Distrito Federal que es de 3.7, lo cual muestra un grado de hacinamiento.

 

En el documento, elaborado durante 2014 por 22 investigadores y profesores de la UNAM y 37 estudiantes y asistentes, el despoblamiento de La Merced inició a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando el crecimiento demográfico y urbano provocó el desplazamiento de ciertas actividades económicas a otras zonas de la Ciudad de México.

 

“Con   ellas   también   se   fue progresivamente la población que ya no tenía cabida en el espacio central, ya sea por desplazamiento de las fuentes de empleo o por desalojos provocados por las grandes obras de renovación urbana que el gobierno llevó a cabo desde los últimos años de la década de 1940 hasta el final de 1960”, refiere el estudio.

 

Por ello se destaca que aunque el Gobierno del DF ha impulsado políticas de recuperación del patrimonio histórico, cultural y del espacio público, “la vivienda, que siempre fue el complemento necesario para dar vida a tiempo completo en el centro de la ciudad, sigue siendo un tema pendiente”.

 

Proponen cambiarle el rostro a la zona

 

Ante los diferentes problemas que acarrean La Merced y sus manzanas aledañas, la UNAM presentó a la Sedeco recomendaciones encaminadas a la revalorización integral de la zona.

 

Propuso potenciar la zona con proyectos de vivienda, cultura y desarrollo social, así como áreas de servicios y recreación, a través de diferentes usos de suelo.

 

Entre éstos se encuentra la creación de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) La Merced, a través de la expropiación del predio que ocupa la ex iglesia y el ex hospital de San Lázaro; dicho espacio permitiría la rehabilitación de esos inmuebles coloniales para la apreciación del patrimonio histórico y tendrían un uso social y cultural.

 

Asimismo, la intervención de la plaza La Soledad, incluyendo áreas verdes, la restauración de la iglesia y sus anexos, de vivienda, locales comerciales y espacios de trabajo de organizaciones.

 

Otra propuesta es la recuperación del eje Corregidora, que conecta el Zócalo con la Cámara de Diputados, intervención que requiere del retiro del comercio en vía pública, la peatonalización del tramo que va de Eje 1 Oriente Anillo de Circunvalación a la Plaza Guadalupe Victoria. Y la rehabilitación integral de Justo Sierra, que conectaría La Merced con la Asamblea Legislativa; La Soledad y Lecumberri y Penitenciaria, que enlazarían el Archivo General de la Nación con el mercado Abelardo L. Rodríguez.