Con sus cejas gruesas, sus tatuajes y su desenfado, rompió esquemas en el mundo de la moda -Chanel, Burberry o Tom Ford se la han disputado- y ahora, a sus 22 años, está dispuesta a que Hollywood se rinda a sus pies

 

“Toda mi vida ha sido un milagro”, afirmó en una entrevista con Efe la actriz y modelo británica, con motivo del estreno en España de Ciudades de papel, una historia romántica y de aventuras para adolescentes, basada en la novela homónima del superventas John Green, y adaptada por los mismos guionistas que Bajo la misma estrella.

 

Hay quien la considera la heredera de Kate Moss, por su faceta rebelde y rockera -también canta y toca la guitarra y la batería- pero Delevingne, de familia aristocrática, no solo representa a una nueva generación más liberada, sino que está dando muestras de talento y ambición más allá de los posados y las pasarelas.

 

De momento es Ciudades de papel, pero también está rodando Suicide Squad, a las órdenes de David Ayer y preparándose para filmar Valerian and the city of a thousand planets de Luc Besson.

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De ida y vuelta

 

Sólo en este 2015 estrenará otros cuatro títulos más, como Tulip Forever, de Justin Chadwick, London Fields, junto a Amber Heard o Pan, protagonizada por Hugh Jackman.

 

“Sí, está claro que estoy dando un paso atrás en el mundo de la moda. No es que lo vaya a dejar, seguiré haciendo cosas y aún tengo relaciones maravillosas en ese mundo, pero decididamente voy a dedicarme más al cine”, asegura.

 

Cibermodelo

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Viéndola lucir tipazo y mirada verde felina, cuesta creerse la leyenda del patito feo convertido en cisne que ella enarbola con orgullo. Hacer de la diferencia virtud y seña de identidad ha sido una de las claves de su éxito. Millones de jóvenes y adolescentes siguen cada una de sus muecas y comentarios en Twitter e Instagram.

 

“Es algo increíble poder ser un modelo a seguir para tantas jóvenes. Especialmente porque la adolescencia es una etapa muy intensa, con muchas subidas y bajadas, muy loca, de modo que tener una plataforma para hablar con los adolescentes sobre sus problemas es muy bonito”, señala.

 

“A esa edad a menudo no consigues abrirte suficientemente a los demás, tienes miedo de hablar de tus problemas y te cuesta encontrar con quien hacerlo. Yo estoy encantada de ser esa persona, soy como una consejera sentimental a veces”, añade.

 

Además de su belleza inusual y su afición a sacar la lengua y gesticular mucho en las fotos, haciendo ver que se divierte, Delevingne ha roto tabúes al no ocultar sus relaciones sentimentales con otras mujeres, como la actriz Michelle Rodríguez o la cantante Annie Clark, de St Vincent, su actual pareja.

 

La desinhibición y el atrevimiento son rasgos también de Margo Roth Spiegelman, su personaje en Ciudades de papel, la chica guapa y divertida del instituto, la que todas quieren ser, que un día desaparece misteriosamente, lo que lleva a su vecino Quentin (Nat Wolff) y otros amigos a embarcarse en un viaje por carretera en su busca

 

Belleza rebelde

 

“En algo nos parecemos, sí. Sobre todo en esa búsqueda constante de lo excitante, en querer que todo sea divertido. Pero hay algo en Margo que no soy yo, no puedo describir exactamente lo que es. La veo y sé que no soy yo, aunque me gustaría conocerla, es algo extraño”, comenta.

 

Y como ella, Delevingne admite que hizo algunas gamberradas en el instituto, como por ejemplo poner papel de celofán en la taza de un inodoro y esperar a que alguien se sentara a hacer pis, o escaparse de clase para ir a un festival de música.

 

La diferencia es que hoy, sus travesuras acaparan titulares, como cuando en una ocasión ella, Georgia May Jagger y Suki Waterhouse fueron expulsadas de un espectáculo de “strippers” en Las Vegas por asaltar a los bailarines.

 

Cara Delevingne sigue buscando ponerse a prueba y divertirse. Y no le va nada mal. “La palabra milagro es un poco fuerte, pero siento que toda mi vida ha sido un milagro, cada cosa que me ocurre es mejor que la anterior. A menudo pienso que es todo un sueño y que alguien va a venir a despertarme en plan: venga, se acabó”.