WASHINGTON. De manera casi instantánea, el secretario de Estado John Kerry respondió con un contundente no al precandidato republicano, y de origen cubano Marco Rubio sobre su idea de invitar a disidentes a la ceremonia de izamiento de la bandera de Estados Unidos el día de mañana, un vivo reflejo de cómo la política estadunidense ha cambiado su enfoque con respecto a la oposición de la isla a su gobierno unipartidista.

 

En lugar de ello, Kerry sostendrá una reunión de bajo perfil por la tarde con algunos prominentes activistas, dijeron funcionarios.

 

La oposición cubana ha sido el centro de las políticas estadunidenses con respecto a la isla desde que ambas naciones rompieron vínculos diplomáticos en 1961. El gobierno cubano considera a sus opositores locales como mercenarios traidores al servicio de Estados Unidos. En momentos en que los dos países se acercan para restaurar sus relaciones, Cuba casi ha dejado de reunirse casi completamente con políticos estadunidenses que visiten a los disidentes durante sus viajes a La Habana.

 

Eso significó un dilema para los funcionarios estadunidenses que organizan la ceremonia de reapertura de la embajada frente al malecón de La Habana. De invitar a los disidentes hubieran corrido el riesgo de un boicot por parte de las autoridades cubanas, incluidas aquellas que negociaron con Estados Unidos desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro declararon la distensión el 17 de diciembre. Excluir a los disidentes sin duda provocará fuertes críticas de los opositores a las nuevas políticas de Obama, incluido Marco Rubio.

 

Funcionarios cercanos a los planes para la primera visita de un secretario de Estado en funciones a Cuba desde la Segunda Guerra Mundial, señalaron que Estados Unidos planea una solución negociada. Es decir, que Kerry reciba a algunos de ellos pero después del izamiento.

 

Reunirse con detractores del gobierno en la embajada habría puesto en riesgo el nuevo espíritu de cooperación que Estados Unidos pretende engendrar, de acuerdo a los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato debido a que no cuentan con autorización para declarar sobre el tema de manera pública. Pero el hecho de no reunirse con ellos en ningún momento también habría enviado una señal igualmente negativa.

 

“No sería una sorpresa que la diplomacia norteamericana priorice los contactos con el gobierno de Cuba; es lo normal”, señaló Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, un grupo disidente. “Si nosotros llegamos (ellos) se marchan”.

 

El gobierno de Obama señaló que están movilizándose rumbo a la normalización de las relaciones con Cuba luego de que en más de 50 años de hostilidad no se logró derrocar al gobierno socialista.

 

Al tratar directamente con Cuba asuntos que van desde los derechos humanos hasta el comercio, es mucho más posible que se produzcan reformas democráticas y de libre comercio a largo plazo, señalan los funcionarios estadunidenses.

 

Disidentes destacados señalaron que no han sido invitados a ninguno de los eventos del viernes.

 

El diario en línea de la disidente Yoani Sánchez, 14ymedio, no ha recibido respuesta a su solicitud para una acreditación de prensa con el fin de asistir al izamiento de bandera de Kerry, dijo su director Reinaldo Escobar, esposo de Sánchez.

 

“Creo que lo correcto sería que, a pesar de que nosotros no estemos de acuerdo, se nos invite y se escuche nuestra voz. Eso es lo correcto”, señaló Antonio Rodiles, presidente del grupo disidente Estado de SATS. “Me sorprendería que no nos invitaran. Si me invitan digo bueno, me alegro, pero no me sorprendería tampoco si no nos invitan”.

 

En una carta dirigida el martes a Kerry, Rubio nombró a Rodiles como uno de los disidentes que el secretario de Estado debería invitar a la embajada.