Mientras en Veracruz, el contagio de Sida y otras infecciones de transmisión sexual podrá ser penado con cárcel de acuerdo con las últimas modificaciones al código penal local, en el Distrito Federal tener sexo sin protección con personas seropositivas y de manera consciente es una práctica que gana popularidad, según alertó Censida.

 

En su sesión del 30 de julio, el pleno del congreso local de Veracruz aprobó una iniciativa de reforma al artículo 158 del Código de Procedimientos Penales, para adicionar el término “Infecciones de Transmisión Sexual” al delito de contagio, que presentó la diputada Mónica Robles Barajas, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

 

“A quien padezca infecciones de transmisión sexual u otras enfermedades graves y dolosamente ponga en peligro de contagio a otra persona, se le impondrán de seis meses a cinco años de prisión y multa hasta de cincuenta días de salario. El juez dispondrá lo necesario para la protección de la salud pública”, especifica el texto reformado.

 

En las consideraciones de su iniciativa, la diputada Robles Barajas señala que su iniciativa tiene el propósito de defender a mujeres y niñas, “puesto que en muchas sociedades, como la nuestra, las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables a la Infecciones de Transmisión Sexual”.

 

Sobre el tema se pronunciaron organizaciones civiles defensoras de pacientes con VIH-Sida y especializadas en la prevención de infecciones de transmisión sexual. El Grupo Sectorial VIH-Sida dijo estar en contra de la reforma, pues considera que es un intento de “criminalizar” a la enfermedad y las personas que la padecen.

 

“Es una violación a los derechos humanos pues puede afectar a personas inocentes y la aplicación de dicha pena puede darse de manera selectiva, injusta e ineficaz, y violar la confidencialidad de los expedientes clínicos”, señala en un comunicado.

 

Prácticas de riesgo

 

Caso contrario, en el Distrito Federal una tendencia que se extiende entre jóvenes mantiene en vilo a la Secretaría de Salud y al Centro Nacional para la prevención y el Control del VIH/SIDA: tener sexo casual sin usar condón.

 

De acuerdo con una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública, esta práctica se llama bareback y el término coloquial para traducirlo en México es montar a pelo, una tendencia importada de Estados Unidos y Reino Unido que consiste en que los jóvenes buscan a personas que viven con VIH pero cuya carga viral es indetectable para tener sexo sin usar protección.

 

En entrevista, la directora general del Centro Nacional para la prevención y el Control del VIH/SIDA (Censida), Patricia Uribe Zúñiga, mencionó que la práctica del bareback está teniendo un gran auge, principalmente entre la comunidad homosexual y los jóvenes, quienes consideran que ponerse en riesgo es un acto de rebeldía.

 

La otra modalidad también muy peligrosa, mencionó, es el uso del tratamiento Truvada: un antirretroviral utilizado para evitar el re contagio entre varones homosexuales portadores del VIH. El medicamento es usado por las autoridades sanitarias en México para reducir el riesgo de contagio en caso de mujeres que han sido violadas o de médicos y enfermeras que han estado expuestos al virus.

 

“Hay un agotamiento de la prevención, ya no seguimos dando mensajes tan intensivos como que se daban antes y el VIH ya no es una sentencia de muerte, además de las recomendaciones de que puedes evitar quedar infectado con Truvada, desde antes de tener la relación sexual o después”, explicó.

 

“Hay toda una cultura de personas que usan o están promoviendo esta postura de o usar condón que ellos ven en contra de la autoridad de decir ‘¿por qué tengo que usar condón?’ y además con esta seguridad de que el Sida ya no mata, que hay medicamentos, que puedo tomar una pastilla después de… esto está provocando que nuestros jóvenes no se estén protegiendo”.

 

Más enfermos, menos presupuesto

 

Parte de la solución real para evitar que incremente el número de contagios, señalan los defensores, no es criminalizar a los enfermos sino liberar recursos para la atención y la prevención de la enfermedad. En Veracruz se requiere que el gobierno local aporte cuando menos 83 millones de pesos a los 60 millones que aprobó el gobierno federal y resultan insuficientes.

 

“Las evidencias científicas señalan que legislar y punir no previenen nuevas infecciones ni reduce la vulnerabilidad femenina. Lo que sí logra es impactar negativamente en la salud pública y los Derechos Humanos (…) A menudo es difícil establecer quién transmite el VIH a quién, (especialmente cuando ambas partes han tenido más de una pareja sexual) y tal vez dependa sólo de un testimonio”, señala el Grupo Sectorial VIH-Sida.

 

“Por lo tanto las personas acusadas de la transmisión del VIH pueden ser declaradas culpables por error”.

 

De acuerdo con organizaciones civiles de esa entidad, Veracruz se encuentra entre las cinco entidades con mayor número de personas enfermas de Sida. Según el Grupo Sectorial VIH-Sida, con 16 mil casos registrados (aunque la mitad de las víctimas ya murió) es la segunda entidad con más enfermos del país.

 

La Fundación Unidos Podemos ya había alertado que el número de casos está relacionado con el turismo extranjero que llega a la entidad y la idea errónea de que el carnaval es un espacio para tener relaciones sexuales en un contexto de libertinaje y sin consecuencias.

 

El problema es que muchas de las personas que llegan con esta expectativa también están contagiadas de VIH-Sida sin saberlo y así contagian a otras personas. De acuerdo con el conteo de esta organización, en 2014 murieron 46 personas víctimas de este padecimiento y en 2013, fueron 120.