A estas alturas, pocos recuerdan que Netflix comenzó como un pequeño negocio de renta de los ahora casi extintos DVD, los cuales eran enviados en un sobre rojo con su logotipo a las casas de los suscriptores, que se evitaban así el tener que salir al tránsito, sufrir el clima o perder tiempo para poder ver una película. Lo anterior, por supuesto, en Estados Unidos, porque la historia de México con la compañía fundada por Reed Hastings es mucho más reciente.

 

Pero esa pequeña empresa que a mediados de 1997 buscaba la comodidad de sus suscriptores, hoy se ha convertido no nada más en sinónimo de calidad o hasta de estatus social, sino en una especie de Nirvana en el que todo mundo quiere trabajar (y por todo mundo me refiero a actores, escritores, productores, directores y un larguísimo etcétera, además de trabajadores “normales”). La razón es sencilla: Netflix no conoce fronteras de ningún tipo.

 

netflix

 

Y es que prácticamente cualquiera con una conexión a Internet puede, potencialmente, acceder a su servicio; los artistas encuentran completa libertad creativa; grandes estrellas buscan realizar proyectos ahí (incluso alguien como el cada vez más devaluado Adam Sandler), pues saben que les dará credibilidad; las historias no tienen limitaciones salvo la imaginación de sus creadores… y así me podría seguir enumerando las virtudes del servicio de streaming (ah, y de reparto de DVD’s… todavía).

 

Netflix llevó, de alguna manera, lo mejor del cine a la pantalla chica -que ahora no es sólo de TV, sino la de los smartphones, tablets, computadoras personales y más- y, en apenas cuatro años, ha roto todos los esquemas. No nada más porque por una renta mensual se puede acceder a un enorme catálogo de películas (lástima que el catálogo mexicano no esté todavía a la altura del estadunidense en cuanto a contenido y opciones), sino de series que se pueden ver una y otra vez, de manera corrida (el famoso binge-watching) o cuando se pueda, sin tener que sufrir por anuncios, interrupciones o perderse el episodio de la semana.

 

Con títulos históricos de otras cadenas como Lost, Breaking Bad, Mad Men, Downton Abbey, Grey’s Anatomy, House o Glee, y muchísimos otros disponibles para ver cuando se quiera, Netflix se ha convertido en un oasis para quienes gustan de ver la TV sin tener que sufrir las incomodidades de la TV tradicional. En otras palabras, Netflix ha cambiado nuestros hábitos como público.

 

Y la razón de ello es que, además de lo arriba mencionado, sus productos originales están realizados con una calidad que quisiera cualquier película de Hollywood, pero sin tener que restringirse por una clasificación o un público objetivo, logrando que, por ejemplo, una historia como Daredevil pueda ser presentada de manera oscura, real, cruda, diferente a las películas de Marvel realizadas por Disney.

 

House of Cards y su amoral Frank Underwood lo iniciaron todo en ese sentido, pero Netflix cada vez ha ido más lejos, mostrando otras realidades, historias más acordes con la realidad del Siglo XXI y en diferentes géneros: Orange is the New Black, Hemlock Grove, Marco Polo, Bloodline, Sense8… la oferta es tan variada como interesante.

 

Tan impactante ha sido su modelo a seguir que otras empresas como Amazon o Hulu lo han copiado y han comenzado a producir sus propias series, mientras que la televisión abierta parece haberse quedado fuertemente estancada en una época nostálgica, pero poco práctica para la actualidad.

 

Todo lo anterior viene a colación por el estreno de la que es la primera serie original producida por Netflix, en idioma español y, para acabar con el cuadro, filmada en México: Club de Cuervos. Independientemente del éxito que pueda tener la serie o no, el punto es que el monstruo en que se ha convertido Netflix sigue creciendo, ahora entrando de manera directa, fuerte y firme en el mercado latino, el cual es un negocio redondo tomando en cuenta que ahora la mayoría de quienes pueden tener acceso a la televisión pagada no ven TV tradicional, sino la mayoría se decanta por el streaming. Y ahí Netflix es el rey.

 

Club de Cuervos tiene todo para ser un éxito y no sería raro ver pronto la noticia de una segunda temporada. Y vienen más series realizadas para los latinos, como Narcos, próxima a estrenarse. ¿Llegará un punto en el que Netflix decaiga? Probablemente, pero ese futuro aún se ve muy, muy lejano… para regocijo de quienes gustamos de televisión de calidad.