¿Qué pasaría si se mezcla una historia muy latina, muy humana y divertida, con un poco de futbol y que puede ser mostrada en la televisión sin ningún tipo de censura? El resultado se llamaría Club de Cuervos, que hoy estrena su temporada inicial en la plataforma de streaming Netflix, que confió para realizar su primera serie original en idioma español, y realizada por completo en México, en el mismo equipo que llevó al cine la exitosa Nosotros los Nobles.

 

Dirigida por Gary Alazraki y protagonizada por Luis Gerardo Méndez, Club de Cuervos presenta la historia de unos hermanos que, al morir el padre, se pelean la herencia que dejó, al tiempo que tratan de mantener a flote a un equipo de futbol.

 

En entrevista con 24 HORAS, Alazraki, Méndez y Mariana Treviño platican de lo que fue su experiencia en la realización de la serie y lo que significó para ellos trabajar con Netflix.

 

“El primer distintivo es que es una serie en español y cuya trama ocurre en México, pero el espíritu de la misma es tan latinoamericano que no se parece a nada que Netflix tenga en su programación”, comenta Alazraki, quien obtuvo un gran éxito taquillero con Nosotros los Nobles.

 

“Es una serie completamente original que está tocando un nuevo universo, estamos generando un nuevo lugar que se llama Nuevo Toledo, que es una especie de híbrido con Michoacán con Monterrey y Querétaro, Puebla… Es una serie en la que nos metemos a los casilleros de los equipos de futbol, o a los cuartos de estos ricos que están conspirando a ver cómo se chingan el uno al otro. Es algo completamente fresco, y la única similitud que puede tener con Nosotros los Nobles es que básicamente somos el mismo equipo”, agregó el joven cineasta.

 

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Una temática universal 

 

Una de las características de la serie es su humor, el cual, según Luis Gerardo Méndez, es universal:

 

“De entrada, tiene un humor universal y los temas que se tocan en la misma también lo son. Es una serie que habla de lo que pasa cuando el poder cae en las manos equivocadas, que habla de la traición, de las pasiones más bajas del ser humano, y al mismo tiempo es una crítica a lo que pasa en el mundo del futbol y a lo que ocurre en México, así que hay mucha tela de dónde cortar. Creo que se va a entender por igual en México que en Argentina, en España o en Israel”, comentó Méndez, quien interpreta a Chava Iglesias, y quien agregó que para la realización de la misma no tuvieron ningún tipo de limitaciones.

 

“La gente de Netflix habló con nosotros desde el principio y nos dijeron que no tuviéramos miedo de probar cosas nuevas, de arriesgar, y en ese sentido les hicimos caso. Creo que nos “volamos la barda” muchas veces. Los personajes en ese sentido son muy divertidos, pero también son muy patéticos. Los actores siempre nos preocupamos de que nuestros personajes le caigan bien a la gente, y aquí eso nos ha valido madres. Pueden llegar a ser odiosos porque son humanos, reales y la ventaja que tenemos es que podemos jugar con ellos y arriesgar”, señaló.

 

En el mismo sentido se expresó Treviño, que en la serie da vida a Isabel Iglesias, hermana de Chava:

 

“Es contar las formas desde otro nivel, salirte de las fórmulas ya establecidas donde se permite contar la historia de una manera. Aquí yo siento que se rompieron esas barreras y es como si la cámara llegara a unos rincones íntimos muy arriesgados de la historia de estos personajes. Es eso, muy arriesgado, muy honesto. Se dicen las verdades con mucho humor”.

 

No todo es futbol 

 

Acerca de si consideran que el tema del futbol es lo que puede captar la atención de los espectadores en prácticamente todo el mundo, Alazraki y Méndez señalaron que es una parte importante, pero no lo es todo.

 

“Hasta un cierto punto (el futbol ayuda), porque siento que a las mujeres no les importa el futbol ni una fracción de lo que les gusta a los hombres, y en ese momento deja de ser universal. No se me hace tanto una serie de futbol como una serie que muestra a hermanos peleándose por la herencia, el poder en las manos equivocadas, el duelo de la muerte de un padre”, comentó.

 

“El futbol es un telón de fondo, es un personaje más y puede ser un gran gancho para un cierto público, pero desde el primer episodio te das cuenta que no se trata de futbol”, añadió Méndez, quien finalizó señalando que la experiencia de haber realizado Club de Cuervos se puede definir en una sola palabra.

 

“Creo que la palabra para definirlo es libertad. He trabajado en televisión y siempre hay una línea editorial, siempre te dicen hasta dónde puedes llegar y hasta dónde no, con quien hay que quedar bien, que nombre no se puede mencionar… y aquí hemos mencionado a quien te puedas imaginar, todos los temas, sin que nos hayan dicho nunca que teníamos que bajarle. Esa posibilidad ha sido increíble. No estamos preguntando ni dándole gusto a nadie. Esa fue la confianza de una plataforma como Netflix, que se acercó con nosotros y nos dijo que hiciéramos lo que quisiéramos. Y les tomamos la palabra”, concluyó.