BRUSELAS. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea expresaron hoy su preocupación por la amenaza del avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Túnez y en Libia, y se mostraron a favor de incrementar su cooperación en la lucha contra el terrorismo con los países del sur del Mediterráneo.

 

Los líderes comunitarios concluyeron su cumbre de dos días con una discusión sobre la crisis política y de seguridad que vive Libia y una declaración conjunta de repulsa al atentado que esta semana en Túnez se cobró la vida de 23 personas, la mayoría turistas.

 

“El riesgo es muy obvio de que Túnez sea el próximo paso de actividad y violencia de activistas del Estados Islámico”, indicó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una rueda de prensa al término de la reunión.

 

El Consejo condenó el ataque terrorista en la capital tunecina y aseguró que los países de la UE “intensificarán su cooperación con Túnez para combatir la amenaza común del terrorismo, reforzar su prometedora democracia y ayudar a su desarrollo económico y social”.

 

Tusk indicó que solicitó a la jefa de la diplomacia de la Unión, Federica Mogherini, que viaje a Túnez, Malta e Italia a finales de marzo, y consideró “muy importante que toda la actividad” de la alta representante “se enfoque en este problema”. Valoró también “la implicación” de los líderes de Italia, Grecia, Malta o España, que “realmente están comprometidos” en el contexto de la lucha antiterrorista.

 

“Hay que evitar este deseo de encontrar la solución más rápida, espectacular o simple con un resultado sustancioso”, concluyó.

 

Sobre Libia, los líderes pidieron preparar posibles medidas de apoyo al país en el caso de que logre formar un gobierno de unidad nacional, como puede ser el envío de una misión de seguridad, y se mostraron dispuestos a incrementar su lucha contra el terrorismo en la región. “Tan pronto como se alcance un acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional, la UE está preparada para contribuir a su puesta en práctica junto con los países de la región y los socios internacionales”, indicaron los mandatarios.

 

En concreto, encargaron a Mogherini presentar propuestas, “tal y como se acordó” en el Consejo de ministros de Exteriores del pasado 16 de marzo.

 

Entonces, los ministros aludieron a acciones en el ámbito de la Política de Seguridad y Defensa Común, en estrecha coordinación con la ONU, Libia y otros actores clave y regionales, como puede ser el envío de una misión para asegurar infraestructuras clave. “No planeamos una intervención militar europea, pero sí todos las vías posibles de apoyo inclusive en el plano de la seguridad”, dijo por su parte Mogherini, quien subrayó: “Tenemos que estar listos” para apoyar “de todas las maneras posibles” al gobierno de unidad en el momento en que se forme.

 

Además, los líderes se mostraron dispuestos a “intensificar su participación en la lucha contra el terrorismo en la región junto con los socios pertinentes, ante la amenaza que supone que el Estado Islámico aproveche el vacío de seguridad en Libia para expandirse.

 

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que “la influencia del EI crece en Libia“, que es frontera con Europa, y que si no se soluciona la situación allí la UE “tiene un gran problema”.

 

Para el presidente francés, François Hollande, “si el caos se instala en Libia” de la mano de los terroristas del EI, Europa “no podrá considerarse protegida” de esa amenaza.

 

Así, el Consejo Europeo pidió un alto el fuego “inmediato e incondicional” e instó a las facciones enfrentadas a “alcanzar rápidamente un acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional”.

 

 

En ese sentido, mostró su apoyo a los esfuerzos del representante especial del secretario general de la ONU en Libia, el español Bernardino León, para facilitar el diálogo entre las partes enfrentadas con vistas a que logren formar un gobierno de unidad, y aseguró que reforzarán su actual apoyo a la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia, UNSMIL.

 

Los mandatarios establecieron además un vínculo entre la crisis que vive Libia con el drama de la migración en aguas del Mediterráneo, y lamentaron la “pérdida continua de vidas de migrantes en el mar, a cuyo aumento han contribuido en gran medida los traficantes de seres humanos”.

 

Pidieron medidas como el refuerzo de “Tritón”, la operación en el Mediterráneo central de la Agencia europea para el control de las fronteras exteriores, Frontex, así como un esfuerzo “más concertado” para asistir a los países de origen y de tránsito, ya que “la necesidad de gestionar adecuadamente las migraciones afecta a la UE en su conjunto”.