No cabe duda que las autoridades del GDF no tienen muy claros sus conceptos éticos, es decir, no interpretan los conceptos de legalidad de manera uniforme. El caso más claro es el terrible suceso de la explosión del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, un caso doloroso, sin duda, en el cual se han tomado las más enérgicas medidas para encontrar culpables.
Lo incongruente es que se comporten tan enérgicos con unos operadores de suministro de gas que, habiendo advertido que había una fuga, intentaron reparar el daño para evitar lo que finalmente ocurrió -una espantosa explosión que mató o lesionó a infantes, enfermeras, custodios, bomberos, etc- y esas mismas autoridades capitalinas sean aquellas que avalaron, financiaron e impulsaron matar a cientos, quizás miles de seres humanos en gestación que fueron abortados en esa misma clínica, algo que no se entiende. Muy severos con quienes accidentalmente terminaron con vidas humanas y complacientes con quienes lo hacen de manera voluntaria.
No cabe duda que los mejores promotores del mundo son los estadunidenses, son buenos para promover todo lo suyo, los reyes del marketing a nivel mundial: son ellos quienes llaman serie mundial a un torneo local; los que se proclaman campeones del mundo en futbol americano cuando sólo ellos practican ese deporte y los que año con año gritan a los cuatro vientos que el Super Bowl paraliza al mundo entero cuando no es así, pues prácticamente sólo causa expectación en Norteamérica.
Es un gran evento, sin duda, para los que lo entendemos, pero es ignorado en casi todo el mundo. La audiencia de este año fue la mayor de todos los tiempos y fue de 114 millones de televidentes, que no son nada comparados con los 950 millones de audiencia de la final del Mundial de Brasil entre Argentina y Alemania. Gran distancia, sin duda, entre un verdadero interés mundial y otro meramente regional. Es como comparar una pachanga con el carnaval de Río.
El más grande escándalo de corrupción, inoperancia y valemadrismo jamás visto en este país es lo que ocurrió con la Línea 12, la Línea Dorada, y sí, dorada para quienes se vieron beneficiados con tan tremendo gasto tirado a la basura. Se habla de 45 mil millones pesos, dinero mal administrado, mal usado, que terminó por llenar bolsillos de algunos pillos. Hoy, funcionarios de esa administración se hacen las víctimas y recurren a la CNDH llorando porque no los dejan defenderse.
Pobres hombres, sin duda, víctimas ahora pero que son en realidad villanos de todos aquellos viajeros que se han visto afectados. Ya suman aproximadamente 180 millones de servicios no otorgados a 500 mil usuarios diarios que se quedan sin transporte. La Estela de Luz costó mil 200 millones de pesos, y de haber sabido, hubiésemos podido hacer 37 de ellas para que adornaran el Periférico. Eso, por inútil que sea, al menos encendería algunos foquitos.
El despido del Vasco Aguirre como timonel de la selección nacional de Japón es, sin duda, un tremendo golpe para alguien que siempre ha mostrado ser una persona franca y sincera. Al parecer los japoneses cuidan mucho el honor de sus instituciones y ante ese aparente descrédito tuvieron que despedir al estratega mexicano. Se trata de una investigación de la justicia española por el aparente arreglo de un partido de la liga, un tema muy serio que de confirmarse le costaría prestigio, dinero, libertad y su carrera deportiva. Lo que no dicen es qué pasaría en el hipotético caso que resultara inocente: ¿a poco le devolverán su prestigio y su trabajo en Japón? Lo dudo porque en este mundo es fácil manchar reputaciones pero no vemos nunca un quitamanchas cuando la culpabilidad resulta falsa.
Gracias y que Dios… reparta suerte