Tras la crisis del 2008, ningún país europeo sufrió más que Grecia. La economía griega se hundió en una depresión que, de haber sido persona, habría requerido hospitalización y una dosis tamaño familiar de prozac. Todavía hoy, los griegos atraviesan por condiciones dificilísimas. Las medidas de austeridad que le impuso al país el resto de la Comunidad Europea han cobrado una factura muy dolorosa. Imagínese el lector lo que es vivir con 26% de desempleo y 51% de desempleo entre los jóvenes (como contexto: en México, el desempleo no alcanza el 5%). En fin: eso se llama depresión económica.

 

Y los griegos están hartos. Tan hartos que el fin de semana eligieron al partido de izquierda (de izquierda en serio) Syriza para encabezar el nuevo gobierno del país. El líder del partido, un tipo simpático y elegante de apellido Tsipras, ha prometido que luchará contra las medidas de austeridad que impuso Europa. El problema, claro, es que a Europa puede no gustarle mucho la idea. Si los griegos se rebelan, no es imposible que terminen saliendo de la Unión Europea. Sería el primer gran fracaso del experimento “euro”. Todo depende de qué tan bravo ande el joven Tsipras y qué tan paciente esté el resto de Europa, sobre todo Alemania. Si le preguntaran a Copérnico, apostaría que las cosas van a salir mal.

 

A ver, lector. Imagínese usted que un millonario mexicano decide gastar 10 mil millones de pesos en las elecciones del 2018. El millonario en cuestión tiene una agenda muy clara que quiere promover y para eso necesita ganar la elección. Y para eso, pues abre la cartera. Al son de la cantidad que le acabo de soltar.

 

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Le parecería una locura, ¿cierto? Diría que la democracia mexicana habría sido secuestrada por intereses privados, ¿cierto? Pues eso es exactamente lo que piensan hacer dos hermanos de apellido Koch en Estados Unidos. Ultraconservadores y ultramillonarios, los Koch acaban de anunciar que piensan gastar esa cantidad para promover candidatos afines a sus creencias. La privatización de la democracia estadunidense… ¡y todo es legal! Para temblar, piensa Copérnico.

 

Por último, algo de moda. El primer ministro de la India, el señor Narendra Modi, ha sido elogiado por medio mundo como un líder valiente e innovador, un hombre de ideas en la arena económica y mano firme en la política. Ahora, sin embargo, el señor Modi también podrá ser reconocido como un icono de la moda. Resulta que Modi decidió ponerse un traje muy singular para recibir a Barack Obama, que estuvo de visita por la India en los últimos días. Modi se mandó a hacer un traje de rayitas muy lindo.

 

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El problema es que cada rayita no era una rayita; en realidad era una larga línea con el nombre del señor Modi escrito una y otra y otra y otra vez. Así es, querido lector, imagínese “Narendra Damodardas Modi” en letritas chiquititas. Ahora, el señor Modi tendrá que explicar cómo le hace para ser tan fino en un país que tiene 240 millones de pobres. De verdad que hay veces que ni Copérnico entiende a los políticos.