RIO DE JANEIRO.  Un estadio construido para la Copa del Mundo en la ciudad de Cuiabá será cerrado para efectuar “reparaciones de emergencia” apenas siete meses después de ser inaugurado para el Mundial.

 

La Arena Pantanal, que tiene 42 mil asientos, y costó unos 230 millones de dólares será cerrada para “arreglar muchos problemas de construcción para mejorar la seguridad de los usuarios“, dijeron este jueves en un comunicado autoridades del estado de Mato Grosso.

 

El comunicado señala que entre los problemas del estadio están las fugas de agua.

 

Brasil gastó unos 3 mil millones de dólares —en 90% procedentes de recursos públicos— en construir y remodelar 12 estadios. Hubo numerosas críticas por mala planeación y se dijo que al menos cuatro de ellos son “elefantes blancos”, uno de los cuales es el de Cuiabá.

 

Muchos administradores de los estadios han tenido problemas para encontrar a quién rentarlos y formas para pagar el adeudo. Algunos se utilizan para actividades infantiles, servicios religiosos o bodas masivas.

 

“La Federación de Fútbol de Mato Grosso coopera con el gobierno para llevar a cabo los trabajos de emergencia y está de acuerdo en que el estadio sólo debe estar abierto si no representa riesgo para los usuarios”, señala el comunicado.

 

El estadio de Cuiabá sufrió contantes retrasos en su construcción, entre ellos uno provocado por un incendio que consumió parte de los cimientos. Muchos de otros proyectos relacionados con la Copa del Mundo en la ciudad fueron cancelados, retrasados o aún están inconclusos.

 

El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien estuvo a cargo de la Copa del Mundo, reconoció esta semana en Sao Paulo que algunos estadios del Mundial no estaban siendo aprovechados.

 

Valcke dijo que “llevará tiempo usar todos los estadios a su máxima capacidad“.

 

Cuiabá, una ciudad donde predomina la actividad agrícola en el occidente de Brasil cuenta con dos equipos que atraen a entre 500 y mil aficionados por lo que no necesitaba un estadio con 42 mil localidades.

 

FIFA sólo pedía ocho estadios para el Mundial pero políticos y compañías brasileñas cabildearon con autoridades del fútbol para que hubiera partidos por todo el país. También se construyeron “elefantes blancos” en Natal, Manaos y la capital Brasilia.