MONTEVIDEO. Durante más de diez años, los seis hombres, cuatro sirios, un tunecino y un palestino, habían estado presos en la cárcel militar de Guantánamo, en la isla cubana. El grupo fue trasladado en un avión militar estadunidense al país sudamericano de Uruguay.

 

El mandatario uruguayo, José Mujica, cumplió con su compromiso de acoger en el país, en calidad de refugiados a Adnan Anham, Ali Hussain Shaabaan, Omar Mahmoud Faraj, Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, Mohammed Tahanmatan,y Jihad Diyab, considerados de bajo riesgo, el Departamento de Defensa de Estados Unidos

 

La llegada de los presos como parte del programa del cierre del penal adoptado por el presidente Barack Obama, es el primer traslado desde Guantánamo a un país de Suramérica y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que luego abandonaron el país centroamericano.

 

Fuentes del Hospital Militar de Montevideo confirmaron que varios de los reclusos fueron trasladados allí tras llegar en un vuelo del gobierno de EU.

 

“EU agradece al Gobierno de Uruguay su voluntad de apoyar los esfuerzos para cerrar el Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo”, señaló la embajada estadunidense en un comunicado al destacar que ese país coordinó con el Ejecutivo uruguayo para garantizar que esta transferencia se realizara de acuerdo “con las medidas de seguridad y humanidad apropiadas”.

 

El canciller uruguayo, Luis Almagro, ha dicho que los reos “serán hombres libres” en Uruguay, mientras que el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, negó que pueda recaer sobre ellos algún tipo de “vigilancia especial” de fuerzas estadunidenses.

 

El traslado efectuado la pasada madrugada incluye a un hombre sirio de 43 años que estaba en huelga de hambre en protesta por su prolongada detención indefinida sin juicio y que mantiene una disputa judicial sobre los métodos de alimentación forzada en la prisión.

 

La transferencia a Uruguay deja ese penal con 136 presos, de los que 67 ya tienen aprobación para ser transferidos, 59 están atravesando una revisión para determinar si pueden ser liberados y únicamente 10 enfrentan cargos, han sido acusados formalmente o están cumpliendo sentencias.

 

El cierre definitivo de la cárcel fue uno de los principales reclamos y promesas que desde su campaña presidencial en 2008 ha hecho el presidente Obama, pero la mayoría del Partido Republicano se opone a clausurarla, entre otras cosas porque rechazan que los terroristas que están siendo procesados sean llevados a cárceles en territorio estadunidense.