ROTTERDAM. Haciendo caso omiso de su propia seguridad, una madre holandesa viajó a Siria para rescatar a su hija adolescente del grupo yihadista Estado islámico, en un nuevo episodio que pone de manifiesto la implicación de europeos radicalizados en la lucha yihadista en territorios sirios e iraquíes.

 

Identificada solamente como Monique, dejó su natal Maastricht para viajar a la ciudad de Raqqa para rescatar a su hija, después de que ella le expresara su deseo de volver a casa, y a pesar de las advertencias oficiales de que era demasiado peligroso hacerlo.

 

Monique, que ha rechazado dar su apellido aunque fotos suyas aparecen en la prensa de todo el país, viajó a Siria después de contactar con su hija a través de Facebook, según explican fuentes del ministerio de Seguridad y Justicia holandés que han señalado que desde el miércoles están en territorio holandés.

 

Era el segundo viaje que Monique realizaba, después de que en octubre intentará llegar a Siria sin éxito.

 

“A veces tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y yo creo que he actuado bien”, dijo la madre al portal de noticias holandés Limburg, que publica unas declaraciones en las que señala que “ella quería volver a casa pero no podía dejar Raqqa sin ayuda”.

 

La joven holandesa se convirtió al Islam con 18 años y pasó a llamarse Aïcha, después de casarse con un ex militar holandés de origen turco, convertido en yihadista con el nombre Omar Yilmaz, y a quien había conocido a través de las redes sociales.

 

Monique explicó que su hija ha pasado en poco tiempo de ser una adolescente como cualquier otra a un musulmán radical tras conocer a un islamista. “Lo veía como un tipo de Robin Hood”, aseguró, según la cadena BBC.

 

Antes de su viaje a Siria, la familia intentó en numerosas ocasiones que no lo hiciera.

 

“¿Qué quiere hacer en Siria, un país en guerra, una chica holandesa como tú?, le decía su madre. Pero no sirvió de nada”, dijo a los medios holandeses la abogada de la familia, Françoise Landerloo.

 

Expresó la impotencia de la familia porque al ser “una mayor de edad, no puedes encerrarla para siempre en casa”.

 

Finalmente en febrero pasado Aïcha y Omar viajaron a Siria y aunque al principio la joven holandesa mantuvo el contacto con su familia, “desde mayo dejó de responder a mensajes y correos electrónicos”, explica Landerloo.

 

El marido, en declaraciones a la cadena de televisión británica, señaló que la pareja se separó poco tiempo después de viajar hasta el país árabe porque “no funcionaba”, momento en el que la joven holandesa volvió a contactar con su madre, esta vez para volver al país.

 

A pesar de que Fiscalía holandesa ha rechazado hacer comentarios en relación al caso, la abogada de la familia dice que ambas “cruzaron la frontera turco-siria” donde Aïcha fue detenida por no tener pasaporte, según publica el diario holandés Algemeen Dagblad (AD).

 

El periódico holandés Volkskrant publicó que el ministerio de Seguridad y Justicia confirmó que ambas estaban en el país y que Aïcha fue “inmediatamente detenida al llegar al aeropuerto” por su supuesta implicación con un grupo terrorista y por supuestos “delitos contra la seguridad del Estado”.

 

Antes de llegar a Holanda y tras conocer la llegada a Turquía de la joven, el ex marido colocó un mensaje en la red social Twitter, en el que se refería a ella como “mi ex mujer a quien se suponía que habían matado, rechazado, abusado y vendido a un hermano turco, ahora está en Turquía”.

 

Aïcha es solo un ejemplo del gran número de jóvenes europeos que han viajado a Siria para unirse a las tropa del Estado Islámico.

 

Según el informe “La transformación del yihadismo en Holanda” publicado en octubre por el Servicio de Inteligencia y Seguridad neerlandés (AIVD) “son “130 los que han dejado hasta ahora el país” para viajar a Oriente Medio, de los cuales “casi treinta ya han regresado y otros catorce han muerto en los combates”.

 

El AIVD, además, cree que los combatientes que regresan de Siria suponen un riesgo potencial para la seguridad del país.