WASHINGTON. La tecnología los puso al alcance de la mano. Los drones (aviones no tripulados) ya no son un artefacto exclusivo de grandes corporaciones de la guerra o de imperios televisivos, sino también de personas comunes y corrientes.

 

Ante esa facilidad de hacerse de uno, el gobierno estadunidense reportó que recibe informes casi diarios —a veces dos o tres al día— de drones que vuelan sin autorización cerca de aviones y helicópteros, o bien cerca de aeropuertos, un aumento considerable respecto de hace apenas dos años, cuando esos informes eran inusuales.

 

Muchos de los informes son presentados por pilotos de aerolíneas a la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), pero otros pilotos, funcionarios de aeropuertos y autoridades locales suelen hacerlo también, dijeron funcionarios federales e industriales que reclamaron anonimato por no estar autorizadas a hablar públicamente sobre el tema.

 

Michael Toscano, presidente de un grupo de la industria de los drones, confirmó que funcionarios de la FAA también le han confirmado el aumento.

 

La FAA restringe el uso de drones, que pueden causar un accidente si uno de ellos choca con un avión o es succionado por un motor. Los drones pequeños por lo general no aparecen en el radar de los controladores aéreos, sobre todo si están fabricados de plástico u otros compuestos.

 

“No debería dejarse a la suerte mantener los drones alejados de los aviones”, afirmó Rory Kay, capitán de instrucción de una aerolínea grande y exdirector del comité de seguridad de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas.

 

“Hasta ahora hemos sido afortunados porque si estos artefactos operan en el cielo sin regulación, supervisión ni control, la posibilidad de un acercamiento extremo o aún una colisión debe ser motivo de gran preocupación”, afirmó.

 

La FAA requiere que todos los operadores de drones reciban un certificado de autorización de la agencia antes de hacerlos volar. La mayoría de las autorizaciones limitan los drones a una altitud de 122 metros y requieren que permanezcan a la vista del operador y que vuelen por lo menos 8 kilómetros de distancia de un aeropuerto.

 

Hay excepciones para algunos drones del gobierno. Los militares operan drones en el espacio aéreo de zonas remotas. La Policía de Aduanas y Protección Fronteriza opera drones de elevada altitud sobre las fronteras de Estados Unidos con México y Canadá.

 

Jim Williams, director de la oficina de drones de la FAA, causó conmoción este año cuando dijo en una conferencia de la industria que un avión de aerolínea casi chocó en marzo con un dron sobre Tallahassee, Florida.

 

El piloto del jet de Canadair Regional de 50 pasajeros reportó que el dron con pintura de camuflaje estaba a una altitud de 700 metros, a 8 kilómetros al nordeste del aeropuerto. La FAA no ha podido hallar el dron ni identificar a su operador.