JERUSALÉN. Dos días de iniciar su primera gira como número uno de la diplomacia europea, Federica Mogherini lanzó una frase que dejó frío el escenario de lo políticamente correcto: “Mi objetivo es tener un Estado palestino”. Los testigos fueron reporteros de los principales periódicos europeos: Le Monde, The Guardian, Süddeutsche Zeitung, El País, La Stampa y Wazeta Wyborcza.

 

 

A las espaldas de Mogherini, el apoyo de Suecia que hace dos semanas reconoció a Palestina como Estado. Para ilustrar su objetivo, utiliza la metáfora del dedo que señala la luna: “Lo interesante no es cuántos Estados habrán reconocido a Palestina en los próximos años, sino sino si en cinco años tendremos un Estado palestino. Todo lo que sea útil para ese objetivo puede ayudar, pero lo que tenemos que preguntarnos es cómo alcanzar la luna”.

 

 

La nueva Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea viajará mañana, ni más ni menos, que a Oriente Medio, en un momento de alta tensión entre israelíes y palestinos.

 

Al frente de la diplomacia europea desde el pasado día 1 de noviembre, cuando sucedió en el cargo a Catherine Ashton, Mogherini se desplazará a Israel, antes de viajar el sábado a la Franja de Gaza y Cisjordania. Sin vincular los nulos resultados de Ashton en el conflicto israelí-palestino, Mogherini asegura que “por primera vez siento que hay una necesidad de que la Unión Europea esté presente allí para que haya avances. Puede que no haya sido así en el pasado, pero la política exterior europea tiene ahí un enorme potencial y es uno de los ámbitos en los que puede ser fácil hablar con una sola voz”.

 

El viernes por la mañana tiene previsto reunirse con el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, en un hotel de Jerusalén, antes de celebrar una entrevista con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la oficina del jefe del Gobierno de Israel.

 

El mismo día viajará posteriormente a Tel Aviv, donde a primera hora de la tarde depositará una ofrenda ante el monumento memorial en recuerdo del asesinado primer ministro israelí Isaac Rabín, tiroteado por un judío radical derechista hace hoy 19 años.

 

En esa ciudad se reunirá con el jefe de la oposición israelí y líder del Partido Laborista, Isaac Herzog.

 

Aunque la agenda oficial aún está por cerrarse, fuentes diplomáticas europeas precisaron que el sábado dedicará el día a visitar Cisjordania y Gaza.

 

En la franja palestina tiene fijada una reunión de trabajo con el comisionado general de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Pierre Krähenbühl.

 

A primera hora de la tarde Mogherini mantendrá un encuentro y celebrará una posterior rueda de prensa conjunta con el primer ministro del ejecutivo de reconciliación palestino, Rami Hamdala, en la sede presidencial de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

 

Federica Mogherini es socialdemócrata italiana e hizo su tesis sobre la relación entre política y religión en el islam, reconoce cierto agotamiento en la opinión pública europea por falta de avances en Oriente Próximo.
 

No son aviones sino coches convertidos en misiles

 

 

JERUSALÉN. Dos ataques con automóviles mataron a un guardia de frontera israelí e hirieron a seis soldados, uno de ellos de gravedad en Cisjordania y en una estación de trenes en Jerusalén. Los dos ataques se sumaron a uno más que ocurrió hace dos semanas lo que deja evidente la estrategia de una modalidad de ataques.

 

El primer ataque de ayer ocurrió cuando un kamikaze palestino mató a un guardia de fronteras israelí y causó heridas de diversa consideración a otros tres más al intentar arrollarlos cerca de una estación de tranvía en la autovía que divide Jerusalén Este de jerusalén Oeste.

 

Según explicaron testigos, el atacante, de 47 años y vecino del campo de refugiados de Suafat (Jerusalén Este), siguió después conduciendo e hirió a otras diez personas antes de ser muerto a tiros por la policía israelí.

 
Antes de ser tiroteado, se había bajado del vehículo, una camioneta blanca, y trató de agredir a los peatones con una barra de hierro.

 

El segundo ataque ocurrió por la noche. En él, al menos tres soldados israelíes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, en un presunto intento de atropello deliberado cerca de la colonia de Gush Etzion, en la Cisjordania ocupada, y que podría ser el segundo perpetrado este miércoles y el tercero en dos semanas.

 

Según un comunicado del ejército, un vehículo de transporte que al parecer tenía matrículas palestinas presuntamente trató de arrollar a los tres soldados israelíes en la carretera 60, cerca de una población conocido como Al Arroub, antes de darse a la fuga.

 

El ejército ha levantado puestos de control e iniciado un operativo en busca del presunto sospechoso en la zona de Gush Etzion, un bloque de colonias situado entre las localidades palestinas de Belén y Hebrón.

 

 

Los barrios árabes de Jerusalén son testigos de una creciente tensión desde que a principios de julio ultranacionalistas judíos quemaran hasta la muerte a un menor palestino en venganza por el asesinato, tres semanas antes, de tres estudiantes israelíes a manos de ex convictos de Hamás en Cisjordania ocupada.

 

Desde entonces, los ataques con piedras al tren se han repetido, así como los de colonos y los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y agentes israelíes.

 

Una tensión que se disparó hace dos semanas con el primer ataque de un kamikaze -que mató a dos personas- y que se multiplicó el miércoles cuando un palestino tiroteó y dejó gravemente herido en Jerusalén Oeste a Yehuda Glick, rabino ultranacionalista que trabaja para cambiar el estatus de la explanada de las Mezquitas.

 

Según el judaísmo, en el lugar donde se levantan las mezquitas de la Roca y Al Aqsa -tercer lugar más sagrado del islám- se elevaba el Segundo Templo Judío, destruido por los romanos hace dos mil años, su santuario más sagrado.

 

Minutos después de que se reabriera la zona al tráfico, un grupo de ultranacionalistas judíos apedreó el primer autobús procedente de Ramala que pasó, al grito de “muerte a los árabes” entre los esfuerzos por restaurar la normalidad de la Policía, que detuvo a uno de ellos.