SANÁ, Yemen. Dos suicidas atacaron el jueves en Yemen, uno en una reunión de rebeldes chiíes en la capital del país y el otro contra un puesto militar en el sur, en atentados que dejaron al menos 70 muertos, dijeron las autoridades.

 

Los bombardeos subrayaron volátil situación en Yemen, luego de que el mes pasado los rebeldes chiíes houthi capturaran la capital Saná y cuyo ataque sorprendió a la empobrecida nación árabe. El avance de los houthis en Saná también alimentó las amenazas de represalias de sus enemigos sunníes de la rama de Al Qaeda en el país.

 

Al menos 47 personas murieron y 75 resultaron heridas en la capital cuando un atacante suicida se hizo estallar en una reunión de partidarios de rebeldes houthis chiíes que tomaron hace poco la ciudad, según fuentes hospitalarias y de seguridad.

 

El segundo atentado se produjo a las afueras de la ciudad sureña de Mukalla, donde un atacante suicida estrelló su coche contra un puesto de seguridad matando al menos a 20 personas.

 

El canal árabe de televisión por satélite Arabiyah emitió imágenes de la escena, mostrando varios cuerpos sin vida en la calle y grandes charcos de sangre en una acera.

 

Nadie reclamó en un principio la autoría de los atentados, que mostraban los rasgos de ataques de Al Qaeda. Washington considera a la rama yemení del grupo como la escisión más peligrosa del mundo de la red terrorista. El grupo ha realizado grandes ataques y atentados en el pasado.

 

Las fuentes hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizadas a hablar con los medios.

 

La semana pasada, Al Qaeda en Yemen advirtió de que atacaría a los houthi y pidió a los suníes del país que cerraran filas y combatieran a los rebeldes chiíes.

 

La explosión en Saná se produjo cuando cientos de partidarios houthi comenzaban a reunirse en la central Plaza Tahrir para una manifestación en protesta por el nuevo primer ministro, Ahmed Awad bin Mubarak, designado por el presidente, Abed Rabbo Mansur Hadi.

 

Al escalar la crisis, el primer ministro electo pidió a Hadi el jueves que le dispensara del puesto.

 

Pero la manifestación houthi siguió adelante, pese al atentado y a que bin Mubarak declinara aceptar el puesto, con unos 4 mil houthis pidiendo la dimisión de Hadi y coreando lemas contra Estados Unidos y Arabia Saudí.

 

Los houthis tomaron el control de la capital el mes pasado, cuando se alcanzó un acuerdo mediado por la ONU para poner fin a los combates en la ciudad. La toma de Saná siguió a semanas de protestas de sus seguidores en la capital para pedir un mayor reparto de poder y un cambio del gobierno.