RÍO DE JANEIRO. Los brasileños, de los más asiduos en las redes sociales en el mundo, se toman autorretratos en la playa, en partidos de fútbol, en el gimnasio, en salas de maternidad e incluso en guaridas de pandillas que trafican narcóticos.

 

Sin embargo, al menos un lugar en Brasil está vedado para tomar selfies (autorretratos captados con un teléfono celular): las casillas de votación durante los comicios del domingo.

 

La ley brasileña prohíbe que las personas ingresen en las casillas con dispositivos de grabación, y el principal motivo para ello es el combate a la compra de sufragios.

 

El máximo tribunal electoral de la nación mencionó reportes de compra de votos en Río de Janeiro en los últimos años, donde los autorretratos tomados dentro de las casillas fueron utilizados como prueba de que electores pagados habían cumplido su parte del trato a cambio de aparatos electrodomésticos, canastas de alimentos e incluso pequeños pagos de dinero en efectivo.

 

Más de 30 entidades en Estados Unidos también prohíben la toma de fotos en las casillas de votación, al igual que muchas otras naciones.

 

A pesar de esta restricción a los teléfonos celulares en Brasil, quienes estén decididos a documentar su experiencia electoral aún pueden burlar al sistema. El tribunal indicó que no se efectuarán revisiones a las personas en los centros de votación para detectar si llevan un teléfono.

 

Los brasileños figuran entre los principales usuarios de las redes sociales en el mundo y son uno de los principales mercados para Facebook y Twitter.

 

Las elecciones en Brasil han ocupado un papel prominente en las redes sociales del país: Facebook reportó que tuvo 240 millones de actividades relacionadas con los comicios desde julio.

 

DE