GUATEMALA. Un grupo de judíos ultraortodoxos abandonaron una localidad poblado indígena en la región oeste de Guatemala debido a conflictos culturales y religiosos con indígenas mayas de la localidad.

 

El conflicto inició hace varios días cuando los pobladores de San Juan La Laguna, en el departamento de Sololá y a unos 180 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, comenzaron a pedir el retiro de los 230 judíos que se había instalado 6 años antes.

 

“Decidimos irnos, porque el Consejo de Ancianos no nos quiere, es triste salir, yo tenía 6 años en la comunidad y el compañero más nuevo tenía 4 meses, pero nos encariñamos, cuando salimos había gente que incluso lloró por nuestra partida” dijo Misael Santos, representante del grupo.

 

El jueves pasado el Consejo de Ancianos acordó darles un plazo de un día para que abandonaran la comunidad.

 

La tensión llegó al punto que para evitar que hubieran actos violentos se formuló una mesa de diálogo con la Procuraduría de Derechos Humanos, que condenó la intención de la comunidad indígena de querer expulsar a los judíos.

 

En la primera reunión realizada esta semana no se llegó a ningún acuerdo, solo se expusieron los problemas. La Procuraduría programó una nueva reunión, pero los judíos decidieron abandonar el poblado.

 

Antonio Ixtamer, quien vive en la comunidad explicó que entre las actitudes del grupo de judíos que molestó a la comunidad indígenas estaba que estos ingresaban a las tiendas a comprar productos y querían pagar el precio que ellos consideraban valía un producto, no lo que en realidad costaba.

 

“Había una actitud de prepotencia, en algunas casos, agarraban los productos no dejaban cancelado el costo real de los productos. En otra ocasión un turista que estaba tomando fotos a un cerro, los judíos pensaron que les tomaba a ellos las fotos y se enfrentaron, esto no era normal para nosotros pues la comunidad vive del turismo” dijo Ixtamer.

 

Sin embargo, Santos asegura que ellos vivían tranquilos en el lugar. “Desde el primer momento que entramos a la comunidad entramos en paz, en ningún momento quisimos ir contra su cultura, San Juan es un pueblo muy bonito y la gentes es buena, nosotros ahora ya estamos fuera y estamos tranquilos” dijo.

 

En la comunidad aún queda un pequeño grupo que según Santos pronto abandonará el lugar.