Un juez federal en Texas pospuso por tercera vez, ahora para el próximo 17 de noviembre, el anuncio de la sentencia en contra de Rafael Cárdenas Vela, alias El Junior o El Comandante 900, sobrino del capo Osiel Cárdenas Guillén y ex jefe de plaza del Cártel del Golfo (CDG).

 

Fuentes con conocimiento del proceso confirmaron a este diario el cambio de fecha, que obedece al análisis de nuevos elementos y consideraciones en el expediente por parte de una corte federal. Previamente se había fijado para julio y luego para octubre el dictamen de la sentencia

 

Tras declararse culpable en marzo del 2012, Cárdenas Vela ha seguido una estrategia de colaboración con las autoridades estadunidenses otorgando información detallada de todas las operaciones, estructuras jerárquicas y redes de complicidad del CDG.

 

Lo anterior en un intento por aminorar su sentencia que podría alcanzar de 10 años de prisión a cadena perpetua por cargos de introducción de narcóticos a Estados Unidos.

 

Agentes federales de EU detuvieron a Cárdenas en Port Isabel, Texas, en octubre de 2011, sitio al que se había desplazado para huir de la presión de fuerzas federales, pero sobre todo de la guerra que mantenía el CDG con Los Zetas , y de las divisiones internas entre el mismo cártel.

 

Cárdenas es para Estados Unidos una de las figuras claves del CDG. Su importancia radica no sólo en que es sobrino de Cárdenas Guillén, El Más Loco, y Ezequiel Cárdenas Guillen, Tony Tormenta, sino que era uno de los jefes de plaza vitales de la organización criminal, y estuvo al frente de plazas de San Fernando, Río Bravo y Matamoros.

 

Según investigaciones de la DEA y el FBI, reveladas por el Departamento de Justicia, El Junior tenía a sueldo a múltiples funcionarios de seguridad de México y el solo controlaba una fuerza de por lo menos 500 sicarios.

 

Intervenciones de comunicaciones revelaron que El Junior tenía con sus hombres un sistema de comunicación codificado mediante varias palabras para encubrir sus actividades delictivas.

 

Según la DEA El Junior logró en su momento frustrar el intento de Los Zetas por hacerse del control de Reynosa.

 

Tras su detención aceptó ceder al gobierno estadunidense una propiedad en Bluewing Circle, en Brownsville, que había sido adquirida con dinero del narcotráfico, entre otros bienes.