WASHINGTON. El despliegue cuasimilitar de la policía de Ferguson (Misuri) frente a protestas por la muerte de un ciudadano a manos de un agente es el resultado de un programa por el cual el Pentágono ha transferido unos 4.300 millones de dólares en equipos militares a las policías locales de Estados Unidos.

 

“Nuestras calles deberían ser lugares para los negocios, para las familias, para el esparcimiento, no para los tanques de guerra y los fusiles M-16”, opinó el representante demócrata Hank Johnson, de Georgia.

 

Para responder a las protestas por la muerte del joven Michael Brown, de 19 años, a manos de un agente, que se tornaron violentas la noche del pasado domingo, la policía de Ferguson se vistió de camuflaje y se equipó como si se tratara de una guerra, algo que fue muy criticado por las agrupaciones cívicas y de vecinos.

 

 

Además de con el material antidisturbios habitual, los agentes se pertrecharon con escopetas, fusiles de asalto, rifles de francotirador, aparatos de visión nocturna, cuchillos de combate cuerpo a cuerpo y tanquetas acorazadas, entre otro equipo.

 

Desde que en 1975 la serie de televisión “S.W.A.T” popularizó la imagen de las unidades de policía urbana instruidas y equipadas para “tácticas y armamentos especiales”, las unidades SWAT han pululado en todo el país y hoy se parecen más a escuadras de fuerzas especiales del Ejército.

 

“La militarización de las calles del país no nos hace más seguros, sólo nos hace más miedosos y reticentes”, añadió Johnson quien dijo que cuando el Congreso retorne a sesiones el mes próximo presentará un proyecto de ley para limitar las transferencias de equipos militares a las policías.

 

En Estados Unidos hay unas 18.000 agencias de policía municipal, de condado y estatales, con unos 765.000 agentes con autoridad para efectuar arrestos, y de ellos unos 120.000 con permiso para portar armas.

 

Los departamentos de policía local (municipal y de condado) emplean a casi el 60 por ciento de ese personal y casi la mitad de todas las agencias tienen menos de diez agentes a tiempo completo.

 

Bajo un programa inaugurado en 1990, en el auge de la “guerra contra las drogas”, el Departamento de Defensa puede transferir a las policías federales, estatales y locales “armas pequeñas y munición”, pero el ahora conocido como Programa 1033 autoriza la transferencia de otros equipos.

 

Estas transferencias se hicieron más diversas desde los ataques terroristas de Al Qaeda en Estados Unidos, hace trece años, y con las prolongadas guerras en Irak y Afganistán, que han popularizado además la vestimenta militar como moda para uso civil.

MG