WASHINGTON. Casi 70% de los estadounidenses consideran que los niños indocumentados que llegan a este país a través de la frontera con México procedentes de Centroamérica deben tratarse como refugiados.

 

Una encuesta realizada por el Public Religion Research Institute, mostró que la mayoría de los encuestados estima que los menores deben permanecer en Estados Unidos si se demuestra que enfrentan riesgos para su integridad física si regresan a sus respectivas naciones de origen.

 

Alrededor de 27% de los ciudadanos señalan que estos niños deben tratarse como inmigrantes ilegales y, por lo tanto, tienen que ser deportados de inmediato.

 

Según el sondeo, cerca de 80% de los consultados denominan como “una crisis o un serio problema” a esta situación en la frontera con México, a través de la cual han arribado más de 57 mil menores solos a Estados Unidos desde octubre de 2013 hasta principios de julio, la mayoría desde Honduras, Guatemala y El Salvador.

 

Legisladores republicanos dieron a conocer ayer un proyecto de ley para enfrentar la crisis inmigratoria en la frontera con México mediante el envío de efectivos de la Guardia Nacional y la aceleración de las deportaciones de los jóvenes centroamericanos. Esto les permitiría decir que trataron de resolver el problema humanitario, aunque el proyecto no tiene posibilidades de convertirse en ley.

 

El costo sería de 659 millones de dólares en los últimos dos meses del actual año fiscal, mucho menos de los tres mil 700 millones solicitados por el presidente Barack Obama para este año y el próximo, y menos también que la propuesta de mil 500 millones de la comisión de gastos de la cámara. Con estos recortes se intentaba ganar el apoyo de los más derechistas y aprobar algo antes del fin de semana, cuando comienza el receso anual de agosto.

 

La medida incluye cambios rechazados por la mayoría de los demócratas, que permitirían enviar rápidamente a decenas de miles de jóvenes centroamericanos de regreso a sus países sin la posibilidad de una audiencia judicial.

 

“Creo que el proyecto tiene suficiente apoyo en la cámara para ser aprobado”, dijo el presidente John Boehner a la prensa después de una reunión con legisladores. “Sin embargo, hay que seguir trabajando”.

 

Boehner dijo que el proyecto pasaría a votación el jueves.

 

Pero aunque lo apruebe la cámara baja, el Senado con mayoría demócrata probablemente lo rechazará y seguirá adelante con su propio paquete para la frontera, con un costo de dos 700 millones de dólares. Este proyecto, que no incluye las modificaciones del de la cámara baja, carece de apoyo entre los republicanos y es improbable que sea aprobado. De manera que no parece haber un camino hacia un acuerdo que permita elevar un proyecto a la firma de Obama antes del receso de cinco semanas.