JERUSALÉN. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó al Ejército israelí iniciar una nueva ofensiva sobre la Franja de Gaza con el objetivo de “dañar los túneles subterráneos”, a través de los cuales se abastece la población civil del territorio palestino. Después de diez días de bombardeos y tras un breve alto el fuego, de cinco horas, pedido por la ONU para evacuar a los heridos, los israelíes habían reanudado por la mañana sus ataques aéreos.

 

El vocero del Ejército israelí, Peter Lerner, informó a la prensa que poco antes de la medianoche, tanques y tropas ingresaron en la franja, mientras la cadena de noticias CNN informaba que hacía tres horas que los bombardeos iraelíes no cesaban en el norte y este de ese territorio.

 

La Radio Nacional Israelí informó a través de su cuenta de Twitter que uno de los primeros objetivos del ataque terrestre fue el puerto de Gaza, en la capital de la franja, no muy lejos de donde  cuatro niños palestinos fueron asesinados el miercoles en un bombardeo israelí cuando jugaban en la orilla del mar.

 

Un habitante de Gaza habló por teléfono con el diario israelí Haaretz y contó que las tropas israelíes “están disparando desde todos lados, todo está sacudiéndose acá”. Periodistas extranjeros, en tanto, informaron que la franja se quedó sin luz.

 

Ni bien se conoció la orden del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Hamas respondió a la escalada con un comunicado en el que calificó a la invasión “como un paso drástico y peligroso” y advirtió que las fuerzas “ocupantes pagarán un precio muy alto por él”, informó Haaretz.

 

Según el Ejército israelí, la invasión tiene como objetivo dar “un golpe definitivo a la infraestructura de Hamas” en la franja y para ello utilizará unidades de infantería, artillería blindada, artillería, ingenieros militares y unidades de inteligencia coordinadas con la Marina.

 

El día había comenzado tranquilo luego de una tregua humanitaria de cinco horas que permitió que miles de palestinos salieran nuevamente a las calles para buscar alimentos, medicamentos y agua. La ONU había propuesto un breve cese del fuego, luego de una jornada en la que los bombardeos israelíes mataron a seis niños, y tanto Israel como Hamas aceptaron acatarla.

 

Sin embargo, cuando la tregua se acercaba a su final, el Ejército israelí envió nuevas advertencias por teléfono y a través de panfletos lanzados desde el aire, pidiendo a los civiles que abandonaran sus casas para evitar inminentes bombardeos.

 

Según informó CNN, las advertencias israelíes pedían que los civiles palestinos se aprovisionaran con alimentos, medicamentos y agua porque “lo peor estaba aún por venir”.

 

Poco después de anunciar la ofensiva terrestre en Gaza, que según explicó a Radio Israel el ministro de Economía Naftali Bennet fue decidida de manera unánime por todo el gabinete, el jefe del Estado de Mayor Conjunto, el teniente general, Benny Gantz, prometió que “usarán toda la fuerza”.

 

Explicó que el gobierno aprobó la movilización de 18 mil reservistas, que se suman a los 40 mil ya aprobados hace dos semanas.

 

Pero la decisión de invadir la franja estuvo precedida por nuevos bombardeos contra casas en zonas residenciales y un hospital especializado en la rehabilitación de discapatados.

 

Desde la tarde hasta la noche, otros cinco niños murieron en distintos ataques.

 

Tres de ellos -dos hermanos de 7 y 8 años y uno de sus primos de 10- fallecieron cuando un misil impacto sobre su casa en el n el barrio de Zaitun, en el este de Gaza, según informó Ashraf al Qedra, vocero del servicio de emergencias de la franja.

 

Más tarde, el Ejército israelí bombardeó por tercera vez en una semana al hospital de Al Wafa, en la ciudad de Gaza, en el centro de la franja.

 

Desde que comenzó la ofensiva, bautizada por Israel como Operación Filo Protector, hace diez días, más de mil 700 palestinos han resultado heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza.

 

 

Sólo cinco horas de calma y volvieron las bombas

 

JERUSALÉN. Tras una breve tregua humanitaria, que los gazatíes aprovecharon para abastecerse, el Ejército israelí y las milicias islamistas palestinas reanudaron su intercambio bélico, que en apenas unas horas costó la vida a otros cuatro niños.

 

Ashraf al Qedra, vocero de emergencias de la Franja, explicó que tres niños de una misma familia -dos hermanos de 7 y 8 años y un primo de 10- perdieron la vida a primera hora de la tarde de ayer al impactar un misil en el barrio de Zaitum, en Gaza.

 

Una cuarta niña falleció en otro ataque israelí sobre la localidad meridional de Jan Yunis, una de las más castigadas por la ofensiva.

 

Con estas muertes, son ya 236 los palestinos fallecidos en los diez días de operación aérea israelí sobre Gaza, 49 de ellos niños y menores de edad.

 

La mañana, sin embargo, había amanecido con una extraña calma y cierta sensación de alivio, tras una noche de bombardeos menos intensos. Animadas por el alto el fuego exigido por la ONU, las calles de la Franja retomaron el ritmo perezoso de una mañana cualquiera de Ramadán, quizá un poco más apresurada de lo habitual.

 

Alimentos, medicinas, combustible y sobre todo agua eran los bienes más demandados por los gazatíes, exhaustos tras diez días de intensos y continuos bombardeos, que han agravado aún más la crónica crisis humanitaria que padece la Franja.

 

La calma se rompió, sin embargo, escasos minutos después de que expirara el alto el fuego, aceptado tanto por Israel como por el movimiento islamista Hamás.

 

Superadas las 15 horas, su brazo armado, las brigadas “Azedim al Kasam”, lanzaron una salva de tres cohetes que cayeron sin consecuencias sobre el puerto mediterráneo israelí de Ashkelon. Horas más tarde, una segunda salva partió de un descampado en el centro de la ciudad de Gaza contra ciudades del sur y el centro de Israel.

 
Según datos del Ejército israelí, al menos 50 de esos cohetes fueron lanzados por milicias palestinas en las primeras horas tras la tregua, ninguno de los cuales causó víctimas.

 

La aviación y la Marina de guerra israelíes respondieron con bombardeos sobre Gaza ciudad y las poblaciones del sur, en los que de nuevo perecieron al menos cuatro niños, las principales víctimas de un conflicto en el que el 77% de los muertos son civiles.

 

Y mientras la lista de víctimas mortales crece sin descanso, la diplomacia sigue atascada en su esfuerzo por lograr un alto el fuego prolongado.

 

Ayer, el vocero de Hamás en Gaza, Sami Abu Zuhri, negó que se haya alcanzado un acuerdo con Israel a este respecto, gracias a la mediación egipcia, como había informado la prensa a través de fuentes israelíes y palestinas.

 

En la misma línea, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, aseguró que Israel no ha pactado ningún alto al fuego con Hamás.