WASHINGTON. El gobierno de Barack Obama supo con antelación que el gobierno británico supervisaría la destrucción de los discos duros de un diario que contenía documentos filtrados de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), de acuerdo con documentos recién desclasificados.

 

La Casa Blanca dijo que sería casi inimaginable para el gobierno hacer lo mismo a una organización de noticias estadunidense.

 

El periódico “The Guardian”, en respuesta a las amenazas del gobierno británico en julio de 2013, destruyó los datos casi un mes después de que éste y otros medios de comunicación publicaran detalles de los documentos ultrasecretos filtrados por el ex contratista de la NSA, Edward Snowden.

 

Después de que el incidente con “The Guardian” se conociera en junio pasado, el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que sería “muy difícil imaginar un escenario donde eso fuese apropiado”. Los periodistas le habían preguntado si Estados Unidos alguna vez ordenaría la destrucción de los datos de una empresa de medios de comunicación.

 

Los correos electrónicos de la NSA, obtenidos por The Associated Press (AP) bajo la Ley de Libertad de Información, mostraron que altos funcionarios de inteligencia fueron notificados del intento de Gran Bretaña para recuperar documentos de Snowden y que un funcionario estadunidense pareció apreciar esa acción.

 

“Buenas noticias, al menos en este frente”, dijo el actual subdirector de la NSA, Richard Ledgett, al final de un breve y censurado mensaje de correo electrónico al entonces director de la agencia Keith Alexander y otros. El tema del email del 19 de julio de 2013 era “Datos del Guardian destruidos“. Un párrafo antes del comentario de Ledgett fue censurado y la NSA no quiso responder preguntas sobre los documentos.