LONDRES. Reino Unido elaboró un plan para entrenar y equipar a 100 mil combatientes sirios para derrotar al presidente Bashar Al-Assad, con el que pretendía frenar el derramamiento de sangre civil, reveló la cadena British Broadcasting Corporation (BBC).

 

La iniciativa secreta fue analizada por el primer ministro británico David Cameron y el Consejo de Seguridad Nacional, así como por funcionarios de Estados Unidos, pero se consideró “demasiado arriesgada”, precisó un reporte de BBC Newsnight.

 

El plan, llamado “Extract” y presentado hace dos años, contemplaba el equipamiento y entrenamiento de 100 mil opositores del régimen sirio para un ataque sorpresivo que les permitiría tomar ventaja y derrotar a las tropas leales a Al-Assad.

 

Richards advirtió que sólo había dos maneras de poner fin rápidamente a la guerra en Siria, dejar ganar al presidente Al-Assad o derrotarlo, y creía que su propuesta frenaría el derramamiento de sangre civil en ese país, indicó la cadena pública de noticias.

 

Según el reporte, que citó fuentes de Whitehall (Ministerio de Defensa), además de Cameron y el Consejo de Seguridad Nacional de Reino Unido, el plan también fue revisado por el fiscal general británico Dominic Grieve y el general estadunidense Martin Dempsey.

 

El proyecto fue considerado “muy radical” en esa época, pero apenas la semana pasada el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró que buscaba 500 millones de dólares para financiar el entrenamiento de rebeldes sirios.

 

Como algunos ministros habían prometido no poner “botas británicas sobre el terreno”, Richards propuso que la instrucción y formación de un ejército substancial de rebeldes sirios se llevara a cabo en bases militares de Turquía y Jordania.

 

El plan establecía que los rebeldes entrenados avanzarían sobre Damasco con respaldo de naves de combate de aliados occidentales y del Golfo Pérsico, además preveía una campaña de “conmoción y pavor”, similar a la que derrotó al ejército de Saddam Husseim en 2003.

 

Aunque el plan fue puesto a un lado en ese momento, Cameron fue persuadido para considerar la acción militar cuando surgieron pruebas del uso de armas químicas en Siria, pero el Parlamento británico votó en contra de una intervención directa en agosto pasado.