BERLÍN.  El ex técnico de la Agencia Nacional de Seguridad estadunidense (NSA), William Binney, afirmó hoy, ante la comisión del Parlamento alemán que investiga el espionaje masivo de Estados Unidos, que éste actúa con procedimientos propios de dictaduras y consideró posible que controle a toda la población.

 

“Quieren estar informados de todo”, aseguró Binney en su declaración ante el estamento instituido tras el escándalo por la presunta captura de comunicaciones de millones de ciudadanos y las escuchas al teléfono celular de la canciller alemana, Angela Merkel.

 

Según Binney, las prácticas de la NSA tienen dimensiones propias de “regímenes totalitarios” y adoptan formatos “solo conocidos hasta ahora bajo dictaduras”.

 

El e xtécnico de los servicios secretos estadunidenses considera “en principio posible” que se tenga bajo control a toda la población, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, lo que sería anticonstitucional.

 

Binney, quien fue director técnico de la NSA entre 1970 y 2001, relató que esas prácticas masivas empezaron a desarrollarse poco después de los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 y que, desde entonces, no dejan de crecer hasta alcanzar sus proporciones actuales.

 

La sesión de la comisión investigadora se centró hoy en la declaración de Binney y de su compatriota Thomas Drake, ambos excolaboradores de la NSA que rompieron su silencio a raíz de las revelaciones de Edward Snowden, pieza clave en la difusión mundial de las prácticas del espionaje de su país.

 

Las investigaciones de la comisión del Bundestag discurren en paralelo a las del sumario contra “desconocidos” dentro de la NSA abierto por el fiscal federal alemán, Harald Range, en este caso centradas en las escuchas al teléfono de Merkel.

 

El representante en la comisión del cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD), Christian Fliseck, apremió hoy a Range a incluir en el sumario el caso de un estudiante que, según informaciones de medios alemanes, habría sido espiado por la NSA.

 

El estudiante, Sebastian Hahn, había desarrollado un servidor capaz de borrar las huellas de los usuarios de internet y “burlar” así la vigilancia, por ejemplo, de los servicios de espionaje de Estados Unidos.

 

Hahn sería junto con Merkel el segundo ciudadano alemán identificado con nombre y apellidos a quien el NSA habría sometido a escuchas y, por tanto, le asistiría el mismo derecho a que su caso fuera asumido por la fiscalía federal.