La imagen tiene que ver con la dignidad del hombre. Fue en el poblado de La Mira, municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán. El viernes 27 de junio, por la tarde.

 

Es un grupo de 83 detenidos arrodillados sobre el adoquín del jardín público. A ojos de todo el mundo: ‘para que se sepa’. Están atados de las manos y en fila. Un grupo de militares los custodia.

 

Lo importante para la fuerza federal es mostrar autoridad para detenerlos y detener al ex vocero de los grupos de autodefensa en Michoacán, el doctor José Manuel Mireles Valverde.

 

Se cumplía así la orden suprema. Aprehender a Mireles y a su gente, los que desconocieron el pacto del 28 de abril con el que Alfredo Castillo –nombrado Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán–, se atribuía un éxito estratégico y político…

 

Consiguió reunir a importantes dirigentes de la autodefensa michoacana para su desarme y crear la policía rural de la Secretaría de la Defensa Nacional en Michoacán. Los integraba así al orden institucional, dijo. Pero no todos estuvieron de acuerdo y, por lo mismo, decidieron seguir por su propia cuenta… y riesgo…

 

Los disidentes se dieron cuenta de que el riesgo ahora no era sólo la defensa de la zona de las agresiones de Los Caballeros Templarios, también lo era la autoridad federal que, ahora, los consideraba proscritos.

 

La detención de Mireles es grave y quizá traiga más consecuencias sociales en la zona, en donde tiene un fuerte arraigo y, si, respetabilidad. De hecho el mismo día de su detención hubo bloqueos de carreteras y manifestaciones en Morelia. Si se ve desde la perspectiva de la Seguridad de Michoacán, esta detención puede convertirse en un serio fracaso para el señor Castillo…

 

Uno que se acumula a la serie de extraordinarios movimientos políticos nadamás a su llegada a Michoacán y que configuran más problemas de gobierno que de violencia criminal:

 

El interinato de gobierno de Jesús Reyna, del que no sabían que, presuntamente, tenía vínculos con el cártel de Los Caballeros Templarios: su detención; la detención de presidentes municipales acusados de los mismos vínculos, los que habrá que probar; la detención del líder de autodefensas Hipólito Mora, luego puesto en libertad sin cargos…

 

…El regreso del gobernador Fausto Vallejo, su incomodidad disimulada por ser un gobernador que no gobernaba; la filtración de que su hijo Rodrigo Vallejo Morales fue visto con miembros de la delincuencia…

 

…La revisión médica del señor Vallejo en Estados Unidos, su renuncia al cargo y el silencio inmediato de los señalamientos a su hijo; la detención de Húber Gómez Patiño, de 22 años, hijo de Servando Gómez Martínez, La Tuta; la llegada al gobierno del señor Salvador Jara Guerrero, académico, y quien estará bajo órdenes federales a través de Castillo…

 

Michoacán pasó del segmento informativo de la criminalidad a lo político. Si bien el 30 por ciento del estado se encuentra en conflictos, el resto sigue su vida cotidiana por inercias, como si en la misma entidad hubiera dos michoacanes.

 

Grave problema para el señor Alfredo Castillo y su estrategia de Seguridad y Desarrollo para Michoacán. Si bien los problemas de violencia criminal en la entidad son graves, no debe olvidar que los enemigos a vencer son, precisamente, los integrantes del crimen organizado y no quienes se defienden a falta de soluciones.

 

El señor Castillo quiere ‘orden y progreso’ y todo poder, por lo mismo, quiere ser él y su poder federal los que decidan qué, cómo y cuándo ejercer autoridad o no.

Ciertamente, si alguien infringe la ley federal, estatal o municipal debe ser puesto a disposición de las leyes bajo estrictos procedimientos de respeto a los derechos humanos y en base al orden Constitucional.

 

Nada por encima de la Constitución local o federal. Ningún pacto entre partes, que no se derive de ellas es eso: constitucional…

 

¿Es constitucional arrodillar y humillar a quienes se supone que tenían las armas en las manos y fueron detenidos sin haber disparado un solo tiro por ninguna parte?…

Una noche de inicios de febrero de 2013 el doctor Mireles expresó a un grupo de amigos que había que formar la autodefensa de Tepalcatepec. “Los Narcos –dijo- quisieron llevarse a su ahijada de 15 años, y como no pudieron, raptaron a la prima. El cártel también intimidó a su hija y a las de otros habitantes.”

 

En su consultorio médico decidió hacerlo: en el último cuatrimestre de 2012 había atendido a 40 niñas embarazadas por violaciones o estupro infantil por parte de Los Templarios. El lo dijo así: “Puras niñas de 11 a 14 años, la más vieja era de 14 años…”

 

El grupo se levantó con armas deportivas de grueso calibre, machetes y palos: y expulsaron a los delincuentes. Su ejemplo cundió en la entidad y… de ahí hasta este viernes 27 de junio, por la tarde, en La Mira, Michoacán… Están acusados de portación ilegal de arma de fuego de uso exclusivo del ejército: delito grave y sin derecho a fianza.

 

¿Qué sigue? Simple y sencillamente que el gobierno mexicano no debe olvidar que la fuerza del Estado radica en la sociedad que le otorga autoridad para ejercer justicia en su nombre, pero no le autoriza a tomar medidas arbitrarias en nombre de una presunta defensa social.

El señor Castillo representa en Michoacán los intereses del Estado mexicano y el estado mexicano somos todos nosotros. El señor Castillo debe darnos explicaciones de qué es lo que ha hecho con Michoacán desde el 16 de enero de este año y cuál es el punto al que quiere llegar con todo esto. ¿Lo sabe?