RECIFE, Brasil.- Matar o morir: no hay más para la selección mexicana. En el anhelo de llegar al quinto partido, al Tri se le atraviesa un combativo equipo de Croacia, feroz, que sufrió hasta el último respiro por hacerse del boleto mundialista y que no lo soltará a menos que con él se le vaya la vida.

 

Y es que mientras a unos la victoria les otorgue el pase a la segunda ronda, a los otros los llevará a rememorar recientes heridas del tormentoso camino para llegar a Brasil. Ambos conjuntos llegaron a la Copa del Mundo por la puerta de atráscon el pase en la repesca ante Nueva Zelanda e Islandia respectivamente, y hoy el caprichoso destino decide que sólo uno de ellos se colará entre las 16 mejores selecciones del planeta.

 

En el baúl de los recuerdos queda aquél único enfrentamiento entre ambos equipos, con el inclemente sol de Niigata en el primer duelo de la fase de grupos de Corea-Japón 2002, encuentro que el Tri ganó por la mínima diferencia con un tanto de Cuauhtémoc Blanco desde el manchón penal y con el actual entrenador croata Niko Kovac como jugador.

 

En la actualidad, con el pase a octavos de final como recompensa, los dirigidos por Miguel Herrera parecen de nueva cuenta tener un panorama benigno, pues les basta no perder para colarse a los octavos de final al sumar cuatro puntos, producto de una victoria ante Camerún y un empate frente a la selección de Brasil.

 

De ganar, podrían pensar en el liderato del grupo.   Para los croatas la obligación es ganar o ganar para no depender de un milagro que los meta a la siguiente fase, pues se ubican en el tercer peldaño del Grupo A, con un punto menos que la selección mexicana y la canarinha, producto de una derrota ante los locales por 1-3 y la victoria sobre los africanos por 4-0.

 

El gran reto del Tri será frenar a una poderosa ofensiva que ya ha mostrado sus potestades. El once de Niko Kovac posee a referentes mundiales, comenzando por un mediocampo exquisito, sabio con los pies y letal con la astucia del merengue Luka Modric y el blaugrana Ivan Rakitic.   Al frente, la presencia de Mario Mandzukic del Bayern Munich, quien tras haber cumplido su juego de suspensión ante Brasil, le marcó un par de anotaciones a Camerún. Por los costados, un par de elementos incisivos, que lanzan dardos peligrosos al área rival, Ivan Perisic e Ivica Olic, ambos del Wolsburgo de Alemania.

 

El vendaval croata deberá ser soportado por una línea defensiva comandada por Rafael Márquez que puede presumir ser el único cuadro junto a Nigeria en aún no recibir gol, en gran parte gracias a la luminosidad de Guillermo Ochoa bajo los tres palos. Esta podría ser la diferencia en el partido, pues a la ofensiva, la selección mexicana sólo logró marcar un gol en dos partidos.   Así, como en un auténtico coliseo romano, la vida se jugará en 90 minutos entre croatas y mexicanos. Para el Tri, es el limbo entre la gloria del quinto partido y el reencuentro con los demonios que no lo dejan pasar del cuarto.

 

Matar o morir: ya no hay más.

 

Por otra parte, parte un sondeo realizado por una cadena de televisión local reveló que el 12 por ciento de los brasileños piensa que su selección no logrará ganar en su partido de mañana, el 78 cree que empatará y el 10 que ganarán.

 

 

“Hablaremos en la cancha”: Herrera

RECIFE, Brasil.- Miguel Herrera, técnico de la selección mexicana, no se enganchó con las declaraciones del croata Luka Modric, quien dijo que eran mejores que el equipo mexicano y que la presión era del Tricolor. Afirmó que fuera de la cancha se pueden decir 20 mil cosas, pero es dentro de la cancha donde se dicen las que cuentan.

 

“La presión está en los dos equipos, por la permanencia, es pequeña nuestra ventaja con el empate, pero no nos vamos a tirar atrás”, dijo el entrenador en la conferencia de prensa tras reconocer la cancha del Estadio Pernambuco.     Por su parte, el defensor Héctor Moreno dijo que el equipo está lleno de ilusión en conseguir el resultado que los clasifique.

 

“El grupo está ilusionado, mañana tenemos una oportunidad de dar un paso importante para el objetivo y en la chacha hablaremos”, dijo. La selección mexicana aprovechó hasta el último resquicio para entrenar, en la cancha del estadio en el que mañana disputará el partido fundamental ante Croacia, en el que define su pase a la Segunda Ronda de la Copa del Mundo. El equipo trabajó bajo la mirada de un buen número de familiares de los seleccionados, a los que se les permitió ver toda la práctica, como parte de la estrategia motivacional del equipo que dirige Miguel Herrera.

 

La parte pública del entrenamiento sólo fueron los primero 15 minutos, en los que el equipo peloteó y realizó su típico torito, con el que los jugadores aflojan los músculos antes de comenzar el trabajo en serio.