Basta mirar en las principales avenidas de la Ciudad de México para confirmar que el uso de la bicicleta es ya algo común. Una práctica arraigada a esta gran mancha gris.

 

Los beneficios que obtiene el ciclista van desde practicar ejercicio al tiempo que se traslada a su destino, ahorrar tiempo, dinero y estrés, lo que se traduce en una mejor salud.

 

Estos extras del ciclismo no se obtienen al viajar en Metro o automóvil, por ejemplo, pues ni se practica ejercicio, ni se ahorra tiempo, y sí se gana estrés y se pierde dinero. Además que se contamina.

 

Y sobre el dinero, ahora los ciclistas urbanos de algunos países ya ganan bonos extra tan sólo por el uso diario o cotidiano de su bicicleta.

 

Al menos así es en Francia, donde desde el 2 de junio al 31 de diciembre los trabajadores que pedaleen hasta sus centros de trabajo recibirán 25 centavos de euro por kilómetro recorrido. Lo que al mes podría significar un bono de hasta 40 euros.

 

El aliciente fue puesto en práctica por el ministerio francés de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, que pretende potenciar el uso de la bicicleta como vehículo de transporte complementario.

 

Serán las empresas que decidan entrar al programa las que paguen los extras a sus empleados y a cambio serán acreedoras a exenciones fiscales.

 

En una primera fase, pueden beneficiarse de este incentivo hasta 10 mil trabajadores de las empresas que voluntariamente se sumen al proyecto.

 

Las cantidades que los trabajadores pueden solicitar corresponden a trayectos de hasta 12 kilómetros al día, con un máximo de 40 euros al mes.

 

El secretario de Transportes de Francia, Frederic Cuvillier, espera que la propuesta iniciada esta semana incremente el uso de la bicicleta en un 50% los trayectos de casa al trabajo.

 

Una rueda que gira por Europa

 

El modelo francés para incentivar el uso de la bicicleta sigue la ruta del ya aplicado en otras regiones de Europa, como Bélgica, donde desde hace al menos cinco años se les pagan bonos de hasta 22 centavos de euro por kilómetro a los trabajadores ciclistas.

 

En Alemania, la firma Siemens, abona un “extra” de hasta 600 euros mensuales a los empleados que no utilicen el auto para ir a trabajar.

 

La verdad es que tampoco es una paga que nos lleve antes a la jubilación ni mucho menos, pero el dinero ganado así, por divertirse, no contaminar, ahorrar tiempo y mejorar la salud siempre será bienvenido.

 

Y detrás de todo esto hay dos factores clave para pedalear en lugar de acelerar: la eurocrisis, pero también la conciencia ambiental.

 

En el DF no pagan pero sí ruedan

 

Pese a que en el Distrito Federal no hay empresa u oficina de gobierno que pague a sus empleados por acudir al trabajo en bicicleta, el uso de este vehículo ha aumentado en los últimos años.

 

De acuerdo con la encuesta Muévete en Bici 2012, 75% de los asistentes al Paseo Dominical en la Avenida Reforma cambiarían su medio de transporte habitual por la bicicleta.

 

Sin embargo, de ellos el 31.5% no lo ha hecho porque considera que las distancias de sus viajes son largas y el 24 piensa que es peligroso el ciclismo urbano por estar expuesto a accidentes viales.

 

Para organizaciones prociclismo como Bicitekas, aún falta mucho por hacer para incentivar y aumentar el uso de la bicicleta frente al del automóvil y así lo hicieron ver en su reciente documento de recomendaciones Del Dicho al hecho: Políticas públicas para construir una ciudad más humana. Propuestas de bicitekas a.c . al Gobierno del Distrito Federal 2013- 2018 para mejorar la movilidad en bicicleta y la calidad de vida en la Ciudad de México.

 

En dicho texto Bicitekas advirtió que “el incremento de número de viajes en bicicleta ayudaría a justificar y por tanto mejorar la inversión pública para infraestructura para el ciclismo urbano y contribuiría a crear un círculo virtuoso de movilidad sustentable para la ciudad”.

 

Incluso en días pasados el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, anunció la ampliación en 9 kilómetros de la ruta del paseo dominical Muévete en Bici, para llegar así a los 18 kilómetros de ida y vuelta en las inmediaciones de Paseo de la Reforma.

 

No obstante aún falta mucho por hacer para incrementar el número de ciclistas diarios en la ciudad, pues muchos (por viajes largos o temor a los accidentes) no utilizan la bicicleta como su vehiculo de transporte cotidiano.