Dos elementos no contemplados con tiempo en la agenda bilateral entre España y México trastocarán la visita oficial del presidente mexicano a España el próximo lunes: el divorcio de Pemex con Repsol y la abdicación del rey Juan Carlos. Un poco de sal no hace daño.

 

La diversificación geoestratégica que a últimas fechas ha realizado un conjunto de empresas mexicanas en el mercado español se contrapone al divorcio de Pemex dado a conocer durante las últimas horas.

 

En 2013, el volumen de inversiones mexicanas en España ascendió a ocho mil 640 millones de pesos (487 millones de euros), lo que representa 273% más respecto a 2012; México se convirtió en el principal inversionista fuera de la Unión Europea.

 

La banca, el inmobiliario, el transporte y la alimentación han sido los sectores españoles en los que los mexicanos han puesto su mayor atención. El último acuerdo sucedió hace dos semanas cuando los mexicanos Ernesto Tinajero y Gustavo Tomé compraron 9% de Liberbank. En este sector, el ex Bital, Eduardo Del Valle, adquirió 6% del Banco Popular.

 

Pero la transacción que más me sorprendió fue la que hizo la división de alimentos del Grupo Alfa, comprando Campofrío, la más tradicional de las marcas de embutidos empaquetados al vacío. La operación se orquestó a través de una oferta pública de compra de acciones (OPA) valorada en 700 millones de euros (12 mil 600 millones de pesos).

 

No hay que olvidar que Sigma Alimentos en México tiene el control del sector con las marcas Fud, San Rafael, Iberomex, así como la marca Yoplait. Su expansión internacional inició durante la última década del siglo pasado. La compra de Campofrío representará un éxito trascendental para el grupo regiomontano. Las pautas estratégicas del grupo Alfa ocurrieron un año después de que Bimbo México comprara la marca Bimbo España.

 

En el sector del transporte, la firma ADO pagó 800 millones de euros (14 mil 400 millones de pesos) por Avanza, una de las firmas más importantes de servicio de transporte público; en el inmobiliario, Carlos Fernández, quien fuera presidente del grupo cervecero Modelo, compró la sede de IBM en Madrid, y Moisés El-Mann, de Fibra Uno, adquirió 278 sucursales del banco Sabadell por 300 millones de euros (cinco mil 400 millones de pesos).

 

Carlos Slim continúa su proceso de globalización. Desde 2011 se hizo de acciones de CaixaBank, el icono del sector catalán, pero también realizó inversiones en Gas Natural y en el equipo de futbol de segunda división, Real Oviedo.

 

Sobre el divorcio de Pemex con Repsol, desde hace tiempo ya conocíamos de los conflictos. El primer encontronazo ocurrió en agosto de 2011. Fecha en la que Juan José Suárez Coppel se alió con Sacyr (cuyo presidente era Luis del Rivero) para realizar cambios en la administración de Repsol. Meses después llegó una especie de tregua cuando Antonio Brufau, presidente de Repsol, resquebrajó la alianza entre Pemex y Sacyr.

 

Pero la crisis argentina generó externalidades negativas para Pemex. En 2012 la presidenta Cristina Fernández anunció la expropiación de YPF y Emilio Losoya intentó que Repsol fuera su gran aliado en la zona. Escenario que no ocurrió y, por el contrario, tensó la relación. México se acercó a Cristina Fernández para mediar con los españoles pero no hubo éxito. Repsol se negó.

 

Brufau detonó el desenlace cuando nombró, sin consultarlo con Pemex, a Josu Jon Imaz como consejero delegado. Brufau siempre desconfió de la empresa mexicana por lo que articuló un blindaje alrededor de Repsol para evitar que decisiones de Pemex afectaran su plan estratégico.

 

El 9.3% de las acciones que recupera Repsol de la manos de Pemex tiene un valor de dos mil 570 millones de euros (45 mil millones de pesos). El pasado martes inició la venta de 7.86% (dos mil 172 millones de euros).

 

Como decía Borge, el azar suele ser generoso, simplemente hay que dejarlo actuar. El presidente mexicano iniciará la visita de Estado el próximo lunes con el pleito irreconciliable de Pemex con Repsol. No tengo la menor duda de que la mano diplomática de José Antonio Meade se verá durante la visita.

 

Hace dos años el presidente Rajoy reveló su intención de estrechar las relaciones con Latinoamérica. Políticamente no ha sido posible por los problemas domésticos que enfrenta desde el primer día de su gobierno, sin embargo, el lunes anunciará programas interesantes con México para aprovechar el potencial de la relación.

 

Sobre el tema del Rey, sólo queda aprovechar los reflectores globales que dirigirán su atención a sus últimos sucesos.