Hace tres meses, en marzo de 2014, estaba programado el estreno de una cinta que impactaría en el país por su temática fuerte de una ficción que se aproximaba mucho a la realidad. Aparentemente todo estaba listo para que en las pantallas de cine se proyectara La verdad sospechosa, del director Luis Estrada, en la que se abordaba la historia de una poderosa empresa de televisión que, en su ambición, tomaba a un joven político desconocido, lo encumbraba con mucha publicidad y lo llevaba hasta la silla presidencial.

 

El filme que representa la continuación de la obra del cineasta Estrada, que ha desatado polémica con obras anteriores como La ley de Herodes y El infierno, está listo para su estreno desde febrero pasado. Por esas fechas, actores y productores de la cinta confirmaron a esta columna que la película había sido concluida y se esperaba su estreno para marzo, pero sospechosamente La verdad sospechosa no ha llegado a las pantallas y ahora se dice que arribará hasta marzo de 2015.

 

Al parecer la temática abordada por Estrada en su historia ficticia se topó con la realidad. Justo en momentos en que se debaten en el Congreso las leyes secundarias de telecomunicaciones, aún pendientes de discusión y aprobación, la cinta narraba la forma en que un personaje, llamado el “presidente”, había logrado crecer políticamente y alcanzar la Presidencia de un país a partir de que se dejó manejar por una empresa televisiva.

 

Mientras en el debate público y legislativo de la reforma de telecomunicaciones se ha hablado de “presiones” por los fuertes intereses de poderosas empresas del sector, como Telmex-Telcel y Televisa, ambas declaradas preponderantes por el Ifetel, en La verdad sospechosa aparecen escenas donde el personaje del “presidente” recibe llamadas e instrucciones por parte de los directivos de la empresa de televisión que lo impulsaron en su carrera y que hasta le elegían novias entre su elenco de actrices.

 

Aunque el contenido de la película fue conocido previo al rodaje por altas autoridades del gobierno e incluso Estrada se asoció con la empresa Televisa para su producción y distribución en cines, algo ocurrió en el camino y las cosas cambiaron. La televisora de San Ángel que había aceptado la historia y había permitido que actores suyos participaran, tomó distancia de la productora Bandidos, propiedad de Luis Estrada, y dejó de apoyar al proyecto.

 

En el ámbito oficial, donde en principio le habían transmitido al director el mensaje de que no tenían problema con el contenido de la cinta y que respetaban el tema como un asunto de libre expresión, se desconoce si ya se otorgaron los permisos para su exhibición que emite la dirección de RTC, dependiente de la Secretaría de Gobernación. Pero el hecho concreto es que la cinta no se estrenó en la fecha prevista y recientemente una actriz que participa en ella dijo que su exhibición ocurriría hasta marzo de 2015.

 

Se buscó al director Estrada para preguntarle los motivos para posponer la exhibición y si la decisión del retraso en el estreno de la cinta fue suya, pero no hubo respuesta. Y en un país donde la censura al cine político está documentada en la historia reciente, sobre todo en los regímenes del PRI, surge la duda de si alguien desde el ámbito oficial no creyó conveniente el estreno.

 

Apenas hace unos días, en su discurso del 5 de mayo, aniversario de la Batalla de Puebla, el presidente Peña Nieto habló de su compromiso con la libre expresión y los derechos de los mexicanos a estar informados como “sustento fundamental de nuestra democracia” ¿Será que hay en su gobierno quienes no comparten esa forma de pensar?

 

NOTAS INDISCRETAS… Entre los maderistas que festejaban su triunfo del domingo pasado se escuchó una frase que revelaba los ánimos que desató el desenlace de la contienda panista: “El zurdo está encabronado”. Y cuando decían el zurdo se referían al ex presidente Felipe Calderón, a quien le sentó muy mal no sólo la derrota de Ernesto Cordero, sino el hecho de que su candidato haya optado por negociar con el bloque de Madero y reconocer la derrota, en lugar de impugnar la elección, Y esa molestia de Calderón, dicen, se reflejará en algunas renuncias de panistas que podrían seguir al ex presidente en la aventura de dejar el PAN para formar un nuevo partido. Esto podría ocurrir la próxima semana… Josefina Vázquez Mota asegura que su presencia en el triunfo de Gustavo Madero fue “porque me importa la unidad del partido” y no porque haya hecho pacto alguno con el reelecto presidente del PAN. “Sí me buscaron Santiago Creel y Gustavo y yo decidí apoyar para evitar una fractura en el partido, pero no a cambio de ningún pacto”, sostiene la ex candidata presidencial que, sin embargo, no niega que pueda buscar ser diputada federal en 2015. “Eso no está peleado con mi carrera, pero mi apoyo al PAN no es a cambio de posiciones”, precisó… Se guardan los dados. Escalera para el fin de semana.

 

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