Juan Fernando Álvarez Cortés, alias El Ferrari, cuya detención se anunció ayer en Nuevo León, es el presunto autor intelectual de la emboscada y homicidio al jefe de Investigaciones de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, el coronel Salvador de Haro Muñoz, ocurrido el pasado 5 de mayo en Ciudad Victoria.

 

Álvarez, también conocido con el alias de El Comandante Ferrari, coordinaba el pago mensual que supuestamente recibían policías estatales aliados con Los Zetas, diez de los cuales permanecen bajo arraigo de la Procuraduría General de la República (PGR).

 

De acuerdo con las fuentes consultadas, fueron trabajos de inteligencia los que permitieron a elementos de la Armada y de la Policía Federal consumar la detención de Álvarez Cortés en la colonia Privadas de Anáhuac, municipio de Escobedo, zona metropolitana de Monterrey.

 

El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, adelantó ayer, antes que lo confirmara cualquier dependencia federal, que Álvarez Cortés había sido capturado en un trabajo coordinado con el gobierno del Estado, y dijo que se trata de varias capturas que se están realizando a partir del intercambio de información.

 

“Esto es producto de un trabajo de inteligencia y de investigación que se ha venido llevando a cabo. Estamos privilegiando mucho eso, primero tener información, procesarla, y poderla compartir para que distintas dependencias integrantes del cuerpo coordinador puedan llevar a cabo estos operativos”, dijo el gobernador.

 

Tras su detención, El Ferrari fue trasladado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la PGR, para rendir declaración. Hoy mismo se resolverá su situación jurídica, confirmaron autoridades ministeriales.

 

Red criminal

 

De acuerdo con la denuncia que interpuso el Ejército Mexicano ante la PGR, tras la detención de diez policías estatales, El Ferrari era la cabeza criminal de la operación delictiva de Los Zetas en Ciudad Victoria.

 

La información, a la que 24 HORAS tuvo acceso, indica que Álvarez Cortés tenía bajo sueldo a varios policías, por lo menos en la capital del estado, a los que pagaba una cantidad mensual a cambio de que proporcionaran información sobre operativos, detenciones, movimientos de fuerzas federales, entre otros.

 

Los pagos no los hacía el directamente, sino a través de lugartenientes conocidos con los alias de El Epa, El More y Uriel, quienes eran los que contactaban a los policías.

 

De acuerdo con la denuncia, los policías que fueron detenidos confesaron a los soldados que el pago que recibían era de 4 mil pesos y que toda la operación era coordinada por El Ferrari. Ante el Ministerio Público los diez agentes se negaron a ratificar esos dichos, por lo que la PGR decidió arraigarlos para continuar con las investigaciones.

 

Cabe recordar que los diez policías estatales actualmente arraigados, fueron sorprendidos por efectivos del Ejército en la colonia Altavista de Ciudad Victoria, la misma donde fue asesinado De Haro y resultaron heridos dos elementos de las fuerzas armadas.

 

Emboscada

 

“La principal línea de investigación es que este sujeto, Álvarez Cortés, podría haber planificado y la emboscada en la que falleció Salvador de Haro Muñoz, quien llevaba apenas unos días en el cargo”, dijo un funcionario con conocimiento del caso a este diario.

 

Se presume que a través de la red de policías vinculados con Los Zetas, se planificaron las condiciones del homicidio.

 

De Haro llegó a una supuesta casa de seguridad en la colonia Altavista de Ciudad Victoria siguiendo un dato proporcionado por sus propios elementos. Cuando llegaron al sitio, aproximadamente 20 sicarios ya los estaban esperando.

 

En un blog especializado en temas de narcotráfico, se mencionó la semana pasada que El Ferrari había huido a Monterrey tras ordenar el crimen del coronel De Haro. Ahí se señaló que el delincuente ordenó la ejecución del recién nombrado jefe de investigaciones ya que estaba “estorbando los trabajos de halconaje (espionaje) y las actividades de narconegocios”.

 

Según dicho texto, el trabajo de los policías fue proporcionar las características del vehículo del coronel. Entre los sicarios de los Zetas que materializaron la emboscada, se encuentran algunos apodados como Ricky Santillán, El Barbas, La Borrega, El Calas, entre otros.

 

Ayer el gobernador de Nuevo León dijo que también podría existir una relación entre Álvarez Cortés y Fernando Martínez Magaña, alias El Z-16, otro lugarteniente de Los Zetas detenido en Nuevo León, y quien fue consignado por la PGR al penal federal de Puente Grande en Jalisco.