Los organismos genéticamente modificados (OGM) constituyen una herramienta útil para contender con plagas y mejorar cultivos en el campo sin utilizar insecticidas ni fertilizantes contaminantes, así lo consideró Francisco Bolívar Zapata, investigador emérito y fundador del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.

 

En un comunicado, el especialista aclaró que no existen evidencias científicas de posibles daños a la salud y al medio ambiente debido a los transgénicos, que en cambio pueden considerarse de bajo riesgo, pues la integración de un gen de un organismo a otro ocurre en la naturaleza durante la transferencia horizontal, gracias a que todos los seres vivos compartimos dentro de nuestras células la estructura de la doble hélice del ADN.

 

“La polémica sobre su uso se centra, en especial, en el área agrícola, en su uso en semillas y plantas como el maíz, pero en las áreas de la salud y los alimentos han sido mucho más aceptados”, agregó.

 

Asimismo, indicó que pese a que no hay pruebas contundentes de daño por utilizarlos o consumirlos, existe una legislación mundial y nacional para regularlos que debe conservarse.

 

De acuerdo con el investigador, actualmente hay más de 134 millones de hectáreas ocupadas en el cultivo de plantas transgénicas en 27 naciones y sus productos son consumidos por más de 300 millones de personas en más de 50 países.