La reciente agresión que dejó hospitalizado al diputado federal Ramón Montalvo Hernández (PRD), atacado la madrugada de ayer en calles de Chalco, Estado de México, no es un hecho aislado. En todo el país, decenas de alcaldes, síndicos, regidores, diputados locales y legisladores federales, así como líderes de partidos, son amenazados y agredidos físicamente por miembros del crimen organizado.

 

En entrevista con 24 HORAS, el director ejecutivo de la Asociación de Autoridades Locales de México, A.C. (AALMAC), Ricardo Baptista González, aseguró que la cifra es no cuantificable debido a que muchas de las autoridades amenazadas tienen miedo a denunciar.

 

“Existen muchas amenazas y agresiones, sobre todo en los estados con mayores índices de delincuencia y narcotráfico, como el Estado de México, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Jalisco, Sinaloa, entre otros”, declaró.

 

Los números que maneja la asociación son reveladores, ya que contabilizan más de 50 casos de muertes de autoridades locales que, en los últimos siete años, no han sido resueltos por el gobierno mexicano.

 

Las cifras demuestran que al crimen organizado le importa poco la ideología política de los funcionarios. De hecho, de los presidentes municipales asesinados desde hace siete años, nueve eran del Partido de la Revolución Democrática (PRD); 11 del Partido Acción Nacional (PAN), 21 del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dos del Partido del Trabajo (PT) y uno del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

 

El director ejecutivo de la AALMAC detalló que, en su mayoría, las autoridades locales están a merced de las extorsiones, cobro del derecho de piso y violencia de las organizaciones criminales, por lo que se ha presionado al Ejecutivo Federal para que la Procuraduría General de la República (PGR) establezca una Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Autoridades Municipales.

 

Sin embargo, esta petición no ha sido avalada y los asesinatos continúan. El más reciente fue en marzo de este año en contra del presidente municipal panista de Tanhuato, Michoacán, Gustavo Garibay García, quien murió fuera de su casa en manos de hombres que dispararon con rifles de alto poder.

 

El pasado 6 de mayo se registró en Guerrero otra agresión. El diputado local priista Olaguer Hernández Flores fue secuestrado cuando estaba jugando en un casino de Chilpancingo; hasta ayer se desconocía su paradero.

 

Además, hace seis meses (el 6 de noviembre de 2013) el alcalde michoacano de Santa Ana Maya, Ygnacio López Mendoza, fue secuestrado en su domicilio por un comando armado que lo torturó y asesinó un día después. El edil había alertado que el crimen organizado le cobraba 100 mil pesos mensuales como cuota para que lo dejaran trabajar.

 

Herencia de Calderón

 

Cifras del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, que contienen el conteo de los decesos de alcaldes, detallan que en el sexenio de Vicente Fox (2000-2012) los asesinatos contra autoridades locales eran pocos: en el 2004 fueron sólo dos y en el 2005 uno.

 

No obstante, la cifra se disparó en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012). De hecho, fue en el periodo entre enero de 2010 y enero del 2011 cuando la cifra aumentó a 17 autoridades ejecutadas.

 

Según datos de la Federación Nacional de Municipios de México, 126 alcaldes fueron amenazados durante dicho sexenio; además, según la AALMAC, un aproximado de 174 funcionarios públicos y políticos fueron asesinados.

 

El 2010 fue un año marcado por los asesinatos contra funcionarios. Ese año, perecieron a manos del crimen organizado Jesús Manuel Lara Rodríguez, presidente municipal de Guadalupe, Chihuahua, que fue acribillado en su casa de Ciudad Juárez; Oscar Venancio Rivera y Félix Misael Hernández, alcalde y regidor de San José del Progreso, Oaxaca, respectivamente, fueron ejecutados por hombres armados el 20 de junio.

 

A finales de junio, también fueron asesinados el edil de Santo Domingo de Morelos, Oaxaca, Nicolás García Ambrosio, y el síndico municipal Miguel Ángel Pérez García. Además, en abril mataron a José Santiago Agustín, alcalde de Zapotitlán Tablas, Guerrero.

 

Condenan en San Lázaro atentado contra legislador

 

La salud del legislador perredista Ramón Montalvo Hernández, quien sufrió un atentado la madrugada de ayer en calles de Chalco, Estado de México, es lo más importante en este momento, señaló a 24 HORAS el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, José González Morfín.

 

Sostuvo que la seguridad del legislador está a cargo de las autoridades del Estado de México y resaltó que, por el momento, no se ha solicitado la custodia de la Federación.

 

“Ahora, lo más importante es la salud de nuestro compañero legislador, será mediante el resultado de las investigaciones de las autoridades mexiquenses que se solicite, tal vez, protección de la Federación”, afirmó.

 

El legislador panista solicitó a las autoridades del Estado de México una investigación profunda, toda vez que los primeros indicios señalan que fue objeto de un ataque directo contra de su persona.

 

A nombre de la Cámara de Diputados, expresó su condena a la agresión física y manifestó a su familia el apoyo de este órgano legislativo.

 

“Hemos estado al pendiente de él desde un principio, el secretario de Servicios Administrativos de la Cámara (de Diputados) estuvo en el hospital al pendiente de la operación, (Montalvo Hernández) está en terapia intensiva; delicado, pero estable”, dijo González Morfín.

 

Por su parte, el líder de la fracción del PRD en San Lázaro, Silvano Aureoles, pidió a las autoridades del Estado de México celeridad en la investigación castigó para los responsables de la agresión.

 

“A la autoridad del estado de México a quien le exigimos la investigación lo más pronto posible y objetiva; que no haya sospecha de la objetividad de la investigación. Y si es necesario, la intervención de la Federación, pues que se haga. Pero lo que queremos es que se haga la investigación y se castigue a los responsables”, advirtió desde el hospital donde convalece el diputado agredido.