El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, indicó que no hay justificación alguna para la aplicación de la pena de muerte, ya que el respeto a la vida es uno de los principios para la construcción de Estados modernos.

 

“No hay ninguna justificación para la pena de muerte, no hay ninguna prueba que permita tener la certeza de que esta ayuda en buena medida a combatir la delincuencia, y hay suficientes pruebas de que es totalmente contraria al sentido mismo de la dignidad del ser humano”, dijo.

 

En la inauguración del coloquio internacional “Un llamado contra la pena de muerte”, el ombudsman nacional refirió que la abolición universal de sentencias de este tipo es una necesidad “para un mundo en progreso y que aspira a mejores niveles de justicia”.

 

Recordó que en México se abolió en 2005 la pena de muerte, sin embargo dijo que no sólo el país se ha limitado a esto, sino que ha asumido una posición de defensa jurídica de los connacionales que tienen pena capital.

 

“En la CNDH estamos comprometidos a combatir la ejecución de aquellos connacionales que han sido condenados a muerte por parte de algunos gobiernos”, dijo.

 

Plascencia Villanueva indicó que a la fecha se da seguimiento a los 62 casos de mexicanos que esperan en el pabellón de la muerte en el extranjero, 59 en distintos estados de la Unión Americana y tres en Malasia.

 

El ombusman nacional lamentó la ejecución reciente de dos mexicanos en Estados Unidos, a pesar de que se demostró la violación flagrante a sus derechos humanos, respecto de los cuales la Corte Internacional de Justicia había emitido un pronunciamiento en el sentido de las violaciones existentes en sus procesos al derecho internacional.

 

Durante su participación, el representante en México de la Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Javier Hernández Valencia, recordó que con la reciente ejecución del mexicano Ramiro Hernández Llanas en Texas, Estados Unidos, suman seis prisioneros a quienes se les ha aplicado la pena de muerte en ese estado en lo que va del año.

 

“La Alta Comisionada expresó su pena y su real angustia porque por un lado ni el panel de perdones de Texas ni el gobernador de este estado, hayan tomado pasos específicos para prevenir y evitar que en esta ejecución como en las anteriores, Estados Unidos continúe en violación de sus obligaciones internacionales”, dijo.

 

Y es que éste es uno de los 51 mexicanos que fueron sentenciados a pena de muerte sobre los cuales el Estado mexicano inició y ganó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia por la violación en todos y cada uno de los casos de sus garantías consulares.

 

Hernández Valencia refirió que la pena de muerte no es posible sea reconciliada con los derechos humanos, porque además de violar el derecho a la vida, también se infringe el de exclusión de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes en el castigo.