El creciente número de bandas criminales dedicadas al narcotráfico, durante los últimos tres años, ha golpeado drásticamente al desarrollo democrático de México, a tal grado que la ciudadanía  desconfía de sus autoridades y teme emplear sus derechos y libertades políticas por cuestiones relacionadas con la inseguridad.

 

Según datos del Índice de Desarrollo Democrático en México, elaborado desde hace 12 años por la fundación alemana Konrad Adenauer; la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); y la consultoría política Polilat, el clima de inseguridad en el territorio mexicano es motivo para afectar el funcionamiento de las instituciones democráticas y condiciona el desarrollo de liderazgos políticos, así como el derecho a votar.

 

El mapa delincuencial en México, revelado por la Procuraduría General de la República (PGR), da cuenta de la existencia de 88 organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico. Precisamente los estados que concentran menor desarrollo democrático (según la percepción de los encuestados durante el periodo marzo-abril de 2013) son las entidades con mayor presencia de estos grupos criminales. En el norte, destacan estados como Chihuahua y Sinaloa; en el centro del país, el Estado de México y Michoacán; mientras que en el sur sobresale Quintana Roo y Chiapas.

 

De acuerdo con los resultados del estudio, Tamaulipas es uno de los estados donde más se condicionan las libertades y la ciudadanía ve limitados sus derechos a causa de la inseguridad. También las entidades de Guerrero, Durango y Morelos tienen bajos niveles de desarrollo democrático.

 

El índice detalla que la ofensiva contra el narcotráfico, impulsada en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón, fue clave para detonar los niveles de inseguridad y, a su vez, el miedo de la ciudadanía a ejercer sus derechos políticos y ciudadanos.

 

Los cárteles de Los Zetas, del Pacífico (o Sinaloa), de los Arellano Félix, de la Barbie, de Juárez y de los Beltrán Leyva, así como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios;, son los principales responsables de secuestros, extorsiones, asesinatos, enfrentamientos con armas de alto poder y otros delitos federales.

 

El clima de inseguridad no es el único factor para que los mexicanos resientan su desarrollo democrático pero sí es uno de los principales, detalla el estudio. Cabe recordar que el voto en México es obligatorio, pero carece de sanción en caso de no ejercerlo, por lo que el nivel de participación electoral en las elecciones presidenciales de 2012 fue bajo respecto al de otros países. De hecho, luego de Venezuela, México fue uno de los países de América Latina con menor participación electoral.

 

En enlace telefónico con 24 HORAS, Jorge Arias, director de la consultoría política Polilat y encargado del estudio realizado no sólo en México sino en otros países de Latinoamérica, detalló desde Argentina que en muchas regiones de la República Mexicana existe el temor de denunciar el delito debido a ciertos entendimientos entre las fuerzas de seguridad y la delincuencia organizada, lo cual afecta al crecimiento y la calidad de las instituciones en las entidades federativas.

 

Respecto al periodo entre 2012 y 2013, una porción importante de la población mexicana consultada para el Índice de Desarrollo Democrático manifestó  la opinión de que no existen libertades en estados como Aguascalientes, Campeche, Jalisco, Estado de México, Quintana Roo, Tamaulipas y Zacatecas.

 

“Entre 2012 y 2013, estos resultados también arrojaron que solo ocho estados mejoraron su puntuación; es decir, nueve menos que en la medición anterior y, entre ellos, salvo Hidalgo y Chiapas, ninguno se destacó por un fuerte crecimiento”, indica el documento.

 

De acuerdo con Arias, el problema que viven los mexicanos es similar al de democracias como Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras y Nicaragua, países con altos índices de violencia e inseguridad.

 

“Un conjunto importante de la población está tras las rejas de sus hogares en horas tempranas para no sufrir los problemas de la violencia y la inseguridad. Obviamente México está teniendo serios problemas de desarrollo democrático”

Jorge Arias,

director de Polilat