RÍO DE JANEIRO. El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, se mostró seguro del éxito de la organización del Mundial Brasil 2014 y afirmó que brindará con caipirinha y champán con el ministro brasileño del Deporte, Aldo Rebelo, por el buen resultado del torneo.

 

“Estoy seguro de que compartiremos una caipirinha con Aldo (Rebelo) y abriremos una botella de champán al final del Mundial y diremos: lo hemos hecho”, dijo Valcke en una rueda de prensa después de la última reunión del comité organizador antes del inicio del torneo, que se celebra entre el 12 de junio y 13 de julio.

 

Valcke, Rebelo y los representantes del Comité Organizador Local coincidieron en que el Mundial será un éxito, aunque reconocieron que todavía queda mucho trabajo por hacer.

 

El viceministro de Deporte, Luis Fernandes, admitió que los atrasos en las obras han planteado un “esfuerzo mayor en la recta final” y han obligado a ejecutar de forma simultánea obras que deberían seguir una sucesión.

 

“Esto aumenta el costo organizativo, no el financiero. Por ejemplo, en una obra en torno a un estadio se puede romper una fibra óptica. Esto aumenta la carga organizativa”, ejemplificó Fernandes, que subrayó que la “integración” de todos los actores responsables por las obras han sido una “garantía del éxito” del torneo.

 

El exfutbolista Bebeto, miembro del comité organizador, dijo que le sorprendió la cantidad de trabajo que supone la organización de un Mundial.

 

“El Mundial ya es una realidad. Estoy ansioso por que comience ya. El trabajo fue arduo. Yo no tenía noción de cómo era organizar el Mundial. Como jugador, iba, hacía el gol y ganaba el partido. He aprendido mucho, estoy muy feliz y orgulloso de ser brasileño”, comentó el delantero de la selección campeona mundial en 1994.

 

Valcke también volvió a comentar los problemas de seguridad en Río de Janeiro y aseguró que “no hay una revolución” en Brasil y “nunca” sintió que pueda suponer un problema para la organización del Mundial o para los aficionados.

 

Asimismo reiteró su confianza en las autoridades brasileñas y dijo que “no hay país donde no haya problemas” de seguridad. (EFE)